Cultivos miniatura dan opciones biotecnológicas a las pymes

En el laboratorio CENIBiot del Centro Nacional de Alta Tecnología (Cenat) existe una sala donde yacen cientos de plantas de escasos centímetros, de donde salen infinidad de compuestos para la industria agrícola, alimentaria y cosmética.

Allí, en la Unidad de Células Vegetales y Organismos Fototróficos, se conserva el material genético de especies vegetales que permite a los investigadores realizar estudios sin necesidad de estar yendo al bosque a extraer especímenes y, con ello, ayudan a pequeñas y medianas empresas (pymes) que se dedican a la biotecnología.

El CENIBiot utiliza los cultivos in vitro y la clonación vegetal para multiplicar organismos de interés.

'No estamos haciendo ingeniería genética. Nos basamos en los principios de la selección natural: escogemos el mejor individuo y lo reproducimos', aclaró Sergio Madrigal, director del laboratorio CENIBiot.

También se producen compuestos a partir de células, los cuales permiten generar biofertilizantes y biopesticidas.

'Ahorita, por ejemplo, estamos trabajando con un compuesto natural que tiene actividad insecticida, pero es tóxico para especies que son resistentes a químicos', comentó Laura Sánchez, coordinadora de la Unidad de Células Vegetales y Organismos Fototróficos del laboratorio CENIBiot.

Ayudar a pymes. Este laboratorio se concibió como un mecanismo de escalonamiento tecnológico para apoyar a las pymes. Madrigal lo define como un puente entre la academia y los ámbitos productivos.

'Mucho del conocimiento que se genera a partir de investigaciones científicas no logra permear en los sectores productivos y nosotros queremos cambiar eso', destacó Madrigal.

En este laboratorio, se evalúa la prefactibilidad técnica para ver si una idea es escalable y, si es así, entonces se inicia el proceso de multiplicación en lo que se considera producción piloto.

Entre las técnicas biotecnológicas que se utilizan está el cultivo in vitro , el cual interesa a las pymes porque acorta el tiempo para saber si una planta será apta o no para la producción.

Por ejemplo, la palma tarda unos 20 años en creer y dar fruto con fines comerciales. CENIBiot ofrece analizar los 'hijos' de la planta madre para saber cuáles son más aptos y así ahorrarse 20 años de incertidumbre.

Incluso, los investigadores cuentan con herramientas moleculares. 'Uno puede saber si determinada semilla tiene las condiciones adecuadas de adaptación para generar una planta que va a ser exitosa. Evita ir a ciegas', explicó Madrigal.

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