Simplificación de trámites aún no llega a ciudadanos

'Ojalá esta vez no me devuelvan', susurró con preocupación Fabiola, mientras esperaba sentada en la plataforma de servicios de la Municipalidad de Cartago, en octubre.

Un par de semanas antes, la mujer perdió todo un día en una solicitud de patente que fue rechazada por un requisito tributario que ella desconocía. En esta segunda ocasión, llevaba más de 30 minutos en fila y, entre viajes al Ministerio de Salud, a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y al Ayuntamiento, dijo haber invertido demasiado tiempo.

Su nombre es ficticio para este reportaje, pues ella temía que si su identidad real se revelaba, le rechazarían el trámite en represalia por la queja.

Diagonal a Fabiola, en la misma sala, esperaba Manrique. Llegó por un trámite similar: una patente. Sin embargo, este caso es diferente. Estaba satisfecho y dijo que todo le resultó muy claro y no tuvo problemas presentando los requisitos.

Ahí, juntos, en una misma sala de espera y con un trámite casi idéntico, se encuentran los dos extremos de la tramitomanía costarricense. ¿Qué diferencia los casos? El acceso a información clara y la voluntad del funcionario público para simplificarle la gestión al usuario.

Por no recibir información completa, Fabiola hizo un viaje innecesario a las oficinas de la Caja en busca de una constancia en la que gastó tiempo y recursos, mientras que a Manrique sí se le comunicó que podía hacerlo digitalmente.

Estos casos demuestran cómo un trámite que ya ha sido simplificado y, en teoría, es sencillo, puede alargarse por la mala comunicación y atención.

Para Carlos Mora, viceministro de Economía, de nada sirve que las instituciones públicas agilicen trámites, como es el acceso digital a la constancia de la CCSS, si estos avances no llegan hasta la ventanilla donde se atiende directamente al público.

'¿Usted ha tratado de arrear gatos por la avenida central?'. Así describe el viceministro la 'titánica' tarea de convencer a las instituciones para que simplifiquen trámites. Dice que es un proceso complejo y que es necesario todo un cambio de cultura institucional y social.

En su criterio, a veces no es suficiente con que el jerarca esté de acuerdo en agilizar gestiones porque los funcionarios le pueden 'boicotear' el plan. Según dice, cuando un trabajador lleva 20 años haciendo lo mismo y le cambian el proceso, puede sentir que le quitan poder. Es una cuestión de 'voluntad', dijo.

Mora está al mando de la Dirección de Mejora Regulatoria en el Ministerio de...

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