De conformidad con las disposiciones del artículo 113 del Reglamento de la Asamblea Legislativa, el Departamento Secretaría del Directorio incorpora el presente texto al Sistema de Información Legislativa (SIL).
ASAMBLEA LEGISLATIVA DE LA
REPÚBLICA DE COSTA RICA
PROYECTO DE LEY
CREACIÓN DEL FONDO NACIONAL PARA LA GESTIÓN Y SECUESTRO DE CARBONO EN SUELO
KATTIA CAMBRONERO AGUILUZ
Y OTROS DIPUTADOS
EXPEDIENTE N. º24.432
Creación del Fondo Nacional para la Gestión y Secuestro de Carbono en Suelos
Expediente N. º24.432
ASAMBLEA LEGISLATIVA:
El presente proyecto de ley tiene como objetivo crear el Fondo Nacional de Carbono en Suelo, para incentivar y reconocer las prácticas de manejo sostenible del suelo en fincas agropecuarias que mejoren la captura de carbono orgánico y la biodiversidad del suelo. Estas prácticas de gestión sostenible contribuyen, a su vez, en la provisión y el mantenimiento de la calidad de los recursos hídricos y del aire y aumenta la resiliencia de los ecosistemas ante el cambio climático.
Los suelos albergan una cuarta parte de la biodiversidad mundial y almacenan más carbono que la vegetación y la atmósfera juntas. Los diferentes impactos negativos que tienen las actividades agrícolas y ganaderas en el suelo comprometen a su vez la misma producción agropecuaria y lo convierten en fuente de carbono. Por lo tanto, es urgente gestionar los suelos de forma sostenible para garantizar que puedan prestar plenamente sus servicios ecosistémicos, como la producción de alimentos, la captura de carbono, el almacenamiento de agua y el suministro de agua limpia y el mantenimiento de la biodiversidad.
Este proyecto de ley pretende contribuir a cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 12 “Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles” y el ODS 13 “Acción por el clima”, para alcanzarlos se debe migrar hacia modelos de producción que hagan un uso eficiente de los recursos naturales y disminuyan el uso de sustancias químicas y su liberación al ambiente. Estas acciones, también procuran fortalecer la capacidad de adaptación y resiliencia de los agroecosistemas. No obstante, es claro que las prácticas sostenibles requieren de inversiones que pueden ser significativas por lo que es importante la creación de incentivos para su adopción por parte de los agricultores y ganaderos.
Estudios recientes han demostrado que la degradación de los bosques reduce significativamente la capacidad de absorción de dióxido de carbono, subrayando la urgente necesidad de contribuir el mantenimiento y la recuperación de la cobertura boscosa. Este esfuerzo es crucial para alcanzar la meta de carbono neutralidad fijada para el 2050.
Aunque el Pago por Servicios Ambientales que ejecuta el Fondo Nacional de Financiamiento Forestal (FONAFIFO) ha demostrado ser exitoso, según el último informe del Programa Estado de La Nación, no alcanza para absorber o compensar las emisiones producidas en el país, lo cual denota la necesidad de buscar otras alternativas[1].
Situación socioeconómica del sector agropecuario
El sector agropecuario representa un sector importante de la economía del país, especialmente en las zonas rurales. Según la Secretaría Ejecutiva de Planificación Sectorial Agropecuaria (SEPSA)[2], en el 2022, la participación de la actividad agropecuaria en el Producto Interno Bruto (PIB) fue del 4% y sumando a la agroindustria, del 9%. Las exportaciones del 2022 representaron el 41,5% del valor total de exportaciones de Costa Rica. Los productos de Costa Rica son reconocidos a nivel mundial, es el principal exportador de piña fresca y jugo de piña y el tercer exportador de banano en el mundo.
Con respecto al mercado laboral del sector agropecuario, el mismo informe de SEPSA señala que 217 104 personas trabajan en el sector agropecuario, lo cual representa el 10,1% de la población ocupada total, de esta 73,3% se ubican en la zona rural. Existen brechas de género puesto que la participación laboral femenina es menor a la masculina, así como su ingreso. La desigualdad se agrava considerando que en las zonas rurales se presentan un mayor porcentaje de pobreza y pobreza extrema que en las zonas urbanas.
En cuanto al desempeño ambiental del sector agropecuario, en el 2022, Costa Rica cayó al puesto 68 del Índice de Desempeño Ambiental, que elaboran anualmente las universidades Yale y Columbia, debido al uso excesivo de agroquímicos y la pérdida de ecosistemas a causa de la agricultura y ganadería intensivas, entre otros[3].
Según el Censo Agropecuario del 2014, del total de las fincas agrícolas, el 48% no trata los residuos. En el caso de las fincas con ganado vacuno, el 64% no trata sus residuos y en las fincas porcinas, el 76%. En cuanto al pago por servicios ambientales, tan solo el 2% recibe Pago por Servicios Ambientales y un 85% del total de fincas no trata sus aguas residuales. Como fuente de energía, la mayoría utiliza combustible (58%) seguido de la electricidad (43%). Estos datos evidencian el gran potencial del sector agropecuario para adoptar prácticas y tecnologías que mejoren la sostenibilidad de sus operaciones.
Impacto del sector agropecuario en el ambiente
La producción agropecuaria es demandante en el uso de recursos naturales, un ejemplo muy claro es que requiere de grandes cantidades de agua. En el 2022 se registró un aumento en la proporción de agua concesionada para este sector, la cual representa un 6,6%[4]. En todo el país, existe un déficit hídrico de un 38% en los sistemas del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), el cual se prevé afecte al 66% de los sistemas, extendiéndose hasta mayo del 2024[5].
Otros de los impactos del sector agropecuario en el recurso hídrico están relacionados con sus insumos químicos y residuos. En la agricultura, el uso de agroquímicos como fertilizantes y plaguicidas para incrementar el rendimiento del suelo o erradicar plagas provocan efectos adversos a la salud de los trabajadores y las comunidades cercanas a las fincas y, además han contribuido a la contaminación de aguas subterráneas y superficiales por la escorrentía y el drenaje. En el país se han detectado múltiples casos de contaminación de nacientes por el uso de plaguicidas. Por su parte, en la ganadería se genera contaminación en el agua por los nutrientes, antibióticos y desechos animales.
En el caso específico de los plaguicidas, el uso estimado por hectárea agrícola en Costa Rica es de 34,45 kg al año, y cada persona trabajadora del sector agropecuario está expuesta en promedio a un estimado de 75 kg de plaguicidas al año. Adicionalmente, 20 de los 22 plaguicidas más utilizados en el país son considerados altamente peligrosos, según los criterios actuales establecidos por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS)[6].
Según el Inventario de Nacional de Gases de Efecto Invernadero[7], el sector agropecuario representó 2 963 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente, siendo el segundo sector que más emisiones genera en el país. Estas se encuentran asociadas a la fermentación entérica, manejo del estiércol, gestión del suelo y quemas.
Si bien la agricultura y la ganadería intensiva han traído beneficios para la producción, requieren de un mayor uso de agroquímicos, mayor parcelación y tala de árboles que provoca la degradación del suelo y fragmentación y pérdida de hábitats[8].
Aunque se ha buscado promover una agricultura más sostenible, el Programa Estado de La Nación[9] señala como una deficiencia el lento progreso en la implementación de sistemas alternativos de producción. En el 2022 tan solo 3% de la superficie agrícola de Costa Rica se certificó como agricultura orgánica. Esto se debe a los altos costos y al poco apoyo económico y técnico que reciben los productores.
Importancia del Carbono Orgánico del Suelo (COS)
Los ecosistemas de las fincas...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba