Condecorados con el Nobel por dominar 'poder de la evolución'

La generación de enzimas por medio de la evolución dirigida, para crear biocombustibles y productos farmacéuticos, así como el desarrollo de anticuerpos que pueden combatir enfermedades autoinmunes y, en algunos casos, curar el cáncer metastásico, son parte de los avances científicos que el Premio Nobel de Química condecoró en su edición 2018.El reconocimiento se concedió este miércoles a la estadounidense Frances H. Arnold, de 62 años, profesora del Instituto de Tecnología de California (Caltech); el también norteamericano George P. Smith, de 77 años, profesor en la Universidad de Misuri, y el británico Gregory P. Winter, de 67, de la Universidad de Cambridge.La decisión de otorgar el galardón al trabajo de estos científicos se sustentó principalmente '(...) por la manera en que han tomado control de la evolución' y, a su vez, por ejercer este dominio 'para el mayor beneficio de la humanidad', indicó la organización en un comunicado de prensa.'Los laureados de este año del Premio Nobel de Química han sido inspirados por el poder de la evolución y utilizan los mismos principios -cambio genético y selección- para desarrollar proteínas que solucionan los problemas químicos de la humanidad', señaló la Real Academia Sueca, encargada de otorgar la condecoración.'Han replicado los principios de Darwin en probeta. Se han basado en la comprensión de la molécula, que extraemos de los procesos de la evolución, para recrearlos en laboratorio', dijo a la de prensa el titular del comité Nobel del premio, Claes Gustafsson.La evolución dirigida se entiende como un conjunto de tecnologías que permiten mejorar una proteína o un ácido nucleico al reproducir artificialmente el proceso natural de la evolución, aunque lo orientan en una dirección elegida.Enzimas: herramientas de la vida. Beneficiar a la humanidad a través del desarrollo de nueva tecnología: eso es lo que se propuso alcanzar Frances H. Arnold desde que estaba recién graduada en Ingeniería Mecánica y Aeroespacial.'Estaba claro que una nueva forma de crear los materiales y productos químicos que necesitamos en nuestra vida cotidiana, sería posible gracias a la capacidad de volver a escribir el código de la vida', expresó.Esto explica que, a principios de los años 80, colocara su atención en el ADN.En lugar de producir fármacos, plásticos y otras sustancias por medio de procesos químicos tradicionales, que frecuentemente requieren de fuertes solventes, metales pesados y ácidos corrosivos, Arnold se...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR