Competencia Perfecta: ‘Ethos’, ‘pathos’, ‘logos’

Es una verdad del tamaño de una catedral que la discusión política en nuestras sociedades se ha vuelto, con el paso de los años, particularmente polarizadora y, lamentablemente no pocas veces tribal, violenta, y destructiva, con poco o ningún respeto por la dignidad de los ciudadanos o de los grupos que se disputan el poder.Esta nociva dinámica social y política provoca no solo un enorme deterioro en la calidad de los debates sino, particularmente una herida profunda en la convivencia democrática.Gran parte de estos problemas surgen de un desequilibrio fundamental en el quehacer de la política -no sólo de los partidos, sino en general de todos los actores incluyendo los grupos de interés- entre tres dimensiones clave: el logos (la lógica y el conocimiento), el pathos (los factores emocionales y pasionales) y el ethos (la credibilidad y el comportamiento ético).En la mayoría de los mensajes, las argumentaciones y la praxis política actuales se observa la ausencia de alguna o varias de estas dimensiones y, por tanto, un desequilibrio que sesga y deteriora, de origen, las propuestas y el proceso de buscar los acuerdos para ponerlas en práctica.Cuando la dimensión ausente es el logos, el problema es, evidentemente, que las propuestas y las discusiones dejan de tener un pie firmemente puesto en la realidad y, particularmente, de apoyarse en el conocimiento técnico y científico. Se convierten en este caso en prejuicios o ideas absurdas que solo sirven para alimentar las divisiones y, si terminan imponiéndose, conduciendo a políticas públicas ocurrentes y mal diseñadas.En el caso del pathos, el problema es la dosificación y uso responsable. Como en...

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