Cartaginés festeja su final personal

Cuando cada pelota se pelea como si no hubiera un mañana, es porque existe un común denominador que acrecienta los bríos de los actores en el campo de juego, con un efecto rebote sobre la gradería que eleva los decibeles por encima del volumen normal.El factor que rompe con lo habitual tiene nombre y apellido. Fue el último en salir del vestuario; portó un abrigo negro con ribetes rojo y amarillo, caminó despacio hacia el banco pero antes hizo una breve parada para saludar a Martín Arriola, su sustituto.Paulo Wanchope regresó al Estadio Fello Meza para condimentar un duelo con dos escenarios que lo colocaban dentro de la ecuación final.El Team , con dos caídas al hilo, necesitaba ganar, más aún cuando Chope insinuó en la antesala del duelo que podría separar futbolistas.Y Cartaginés, motivado por una seguidilla de buenos juegos y aún dolido por la forma en que el entrenador abandonó el club, dejándolo a tres puntos del descenso y en medio de una crisis.El protagonista de la película escogió una locación compleja, con una grama mojada y frente a un rival capaz de jugar sin complejos, con el paso de los minutos denotó la fluidez de un estilo agresivo, de apertura por los costados, con Paolo Jiménez y Jossimar Pemberton como pilares en la generación, y Marcel Hernández como pieza clave en punta.En contraparte, el Team fluyó alrededor de sus extremos, Keysher Fuller y Berny Burke, y a razón de la lectura de juego de José Guillermo Ortiz para robar las espaldas.El enfrentamiento se tornó en un choque de trenes, con corridas constantes y jugadas apremiantes en ambas porterías. Fue Cartaginés el que empezó dominando, pero posteriormente equiparó Herediano, ambos con recetas claras y similares, con la...

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