Más cómoda y acompañada

Alejandra Mena Venegas no había escuchado que existían distintas posiciones para dar a luz.

Nicolás es su segundo hijo, y como ya había ido al curso de preparación para el parto cuando esperaba a Valeria, hace cinco años, en esta ocasión, ella y su esposo se dieron por eximidos.

Mena llegó al Hospital de Alajuela el martes 9 de agosto, pasadas las 4 p. m., en compañía de su marido, Daniel Ortiz. Tenía cuatro centímetros de dilatación y contracciones variables, por lo que nunca habría imaginado que la labor se extendería por casi 27 horas.

Durante todo ese tiempo, él la pudo acompañar y ambos aprovecharon el espacio y la atención para que les explicaran sobre distintas posiciones para el parto y otros cambios que implementó el hospital.

Según contó la madre, la posibilidad de elegir la hizo ganar confianza.

Ese factor fue muy importante, pues Nicolás resultó ser más grande de lo esperado y la labor fue agotadora.

Cuando debió pasar a la sala de expulsión, el obstetra la guio para que probara en la camilla cómo se sentía más cómoda.

Al final, decidió quedarse sentada, con el respaldar de la cama levantado y con los pies apoyados en unos tubos y no en los estribos que se usan tradicionalmente, en la llamada posición ginecológica. Tras 25 minutos de dolor y de pujar, a las 7:02 p. m. del miércoles 10 de agosto, Alejandra y Daniel conocieron a su pequeño...

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