Diputados reajustan viejo 'impuesto contra el sexo'

Los diputados decidieron reajustar el impuesto que hace 43 años impulsó el sacerdote Armando Alfaro, entonces presidente del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), para financiar el combate a la pobreza y contener el 'desenfreno de alcoholismo, sexo y drogas' como se lee en actas de entonces.

El 'impuesto a moteles y lugares afines' ya no será ese 30% sobre facturación, que se volvía incobrable para el IMAS ante las argucias de los empresarios moteleros. Ahora se gravará con un sistema escalonado y por habitación existente, con la intención de mejorar la recaudación, pero ya sin el deseo de promover el pudor. Más bien bien 'esto podría hacer crecer al sector (motelero) y así elevar la recaudación', dijo Carlos Alvarado, cabeza actual del IMAS.

Queda lejano el martes de noviembre de 1972, en mitad del último gobierno de don Pepe Figueres, cuando tres diputadas oficialistas presentaron un proyecto de ley para gravar los moteles, la modalidad de alojamiento de ocasión que surgía entonces y escandalizaba a un sector político importante.

Era un 30% sobre facturación, tasa que se repitió cuando en el 2002, en el gobierno de Abel Pacheco, la Ley de Contingencia Fiscal derogó la vieja legislación e instauró una nueva, casi igual en el fondo y en imposibilidad de cobrar.

La industria de los moteles, mientras, fue creciendo más allá de la zona clásica de San Francisco de Dos Ríos. Los tiempos han ido reduciendo el conservadurismo y, ahora, en el 2015, hay más de mil habitaciones y cientos de usuarios piden, sin necesidad de seudónimos, consejos en Facebook sobre cuál es el mejor motel.

Aún con algo de morbo, como lo prueba elacta de este 4 de agosto, pero sin el grado de escándalo que significaba en 1972 la frase 'ir al motel', los legisladores actuales han querido modernizar el tributo y hacerlo aplicable, pues hasta ahora la recaudación no supera los ¢300 millones anuales y con grandes costos administrativos en el IMAS.

Por eso, aprobaron una reforma legal que anula el 30% que acabó aprobándose en 1974 en la Ley 5.554, con Daniel Oduber apenas en inicios de su gobierno, y que intenta ajustarlo para lograr captar a fin de cuentas unos ¢700 millones por año, según fuentes oficiales. Ya lo del 'desenfreno' ni se menciona.

Cambios. Este monto, calcula el Gobierno, se podrá recaudar por año al aplicar un impuesto que acabó siendo negociado con representantes de la industria de esos hoteles de paso, como se llaman también ahora. El gravamen quedó en 13%...

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