Editorial Reforma legislativa

Los partidos políticos de nuestro país han seleccionado sus candidatos a diputados y la ocasión es propicia para reflexionar sobre el Parlamento. Las democracias representativas atraviesan crisis y la nuestra no es una excepción.

Inclusive en una democracia reconocida como la de los Estados Unidos la evaluación ciudadana del Congreso cae por debajo del 20 %. De acuerdo con la última encuesta del Centro de Investigaciones y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica (CIEP), la Asamblea Legislativa de Costa Rica es la institución peor evaluada.

Han sido múltiples, desde hace varios años, las sugerencias para reformar el Poder Legislativo. Comisiones de notables y legislativas, y expertos nacionales y extranjeros han buscado la ruta de la reforma para mejorar su representatividad y eficiencia.

A las puertas de una nueva legislatura es conveniente reflexionar sobre algunas reformas que podrían implementarse, aprovechando sus inicios, alejados de las tormentas electorales futuras.

Es preciso identificar primero los obstáculos. Por una parte, hay que superar el simplismo de quienes creen que bastaría con reformas al reglamento de la Asamblea para mejorar la institución. Por otra parte, hay que evitar la ingenuidad de quienes piensan en modificar el régimen existente de manera radical (tránsito hacia el parlamentarismo).

La reforma parlamentaria no es un problema de reglamento, aunque parte del camino pasa por ahí. Es un proceso que tiene que dirigirse hacia modificaciones en las funciones de la institución, fundamentalmente cambios en las relaciones de la Asamblea Legislativa con el Poder Ejecutivo. Cambios estructurales en el régimen político no son viables ni política ni constitucionalmente, por el momento.

Es imperativo pensar en reformas parciales y graduales que no entren en contradicción con el actual sistema multipartidista. Ningún partido político con representación en el Congreso va a suicidarse adoptando reformas que perjudiquen su actual posicionamiento.

El primer gran tema que debe abordarse es la reforma al sistema de elección de los diputados, responsable directo de gran parte de la fragmentación partidaria que impide un flujo normal del proceso parlamentario. Es claro que el multipartidismo no a va desaparecer, por razones políticas y sociológicas; sin embargo, debería buscarse una simplificación que haga más fácil la negociación política en Cuesta de Moras.

El nuevo sistema debe mantener un componente de proporcionalidad...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR