Exmandatario Óscar Arias sobre violencia del régimen sandinista 'País debería llevar a Corte Penal caso de Nicaragua'

Tres décadas pudieron ser suficientes para ver una Centroamérica distinta. Sin embargo, 31 años después de haber liderado el proceso de pacificación del Istmo, el expresidente Óscar Arias pareciera verse en el mismo punto.La madrugada del 7 de agosto de 1987, cuando Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica firmaron el Acuerdo Esquipulas II, se comprometían a poner fin a una matanza que secundaba la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética.Hoy, Nicaragua vive una nueva crisis y en los últimos tres meses han muerto al menos 280 civiles -Arias los estima en más de 300-, principalmente estudiantes, a manos de las fuerzas progubernamentales.Un Daniel Ortega debilitado, aferrado al poder, al punto de acudir al 'uso de la fuerza bruta', es parte de la lectura que hace el Premio Nobel 1987 sobre la situación en el país vecino.El siguiente es un extracto de una entrevista que sostuvo ayer La Nación con Arias en su casa, en Rohrmoser.¿Cuál es la diferencia entre la sociedad nicaragüense de hace 30 años y la de ahora?En honor a la verdad, hace 31 años, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, al cual pertenece el presidente Daniel Ortega) era muy fuerte.'Hoy, con la corrupción y la violencia (...), el Gobierno sandinista es muy impopular, y yo no creo que tenga un 20% de apoyo'.¿Ve también diferente al Ortega de hace tres décadas?El día en que Ortega perdió las elecciones (en 1990, ante la Unión Nacional Opositora, una coalición de 14 partidos que llevó a la presidencia a Violeta Barrios), la preocupación mía era si no aceptaban la derrota.'Les dije (a los sandinistas): 'Ni siquiera lo piensen' (no aceptar la derrota). Esas elecciones fueron vigiladas por el mundo entero y no tenían otra opción que reconocer la derrota.'Hoy, con la violencia de los últimos tres meses, él ha perdido todo el apoyo que tenía'.¿Por qué se ha echado tanta gente encima Daniel Ortega?Por aferrarse al poder. Los dictadores se aferran al poder. El demócrata, si no tiene oposición, debe crearla; los dictadores, no. Ellos tienen que destruir la oposición.'Daniel lleva ya 22 años en el poder en dos periodos: del 79 al 90, y del 2007 al 2018; 11 años en cada etapa.'En los últimos tres meses, hemos visto una violencia inusitada, con más de 300 muertos, muchos de ellos estudiantes. (...). (Ortega) acudió a la intimidación, al terror, al uso de la fuerza bruta, con los paramilitares, con su Policía. El Ejército, hasta el día de hoy, ha estado en...

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