Gasto total en salud y resultados.

AutorLago, Fernando Pablo
Páginas101(16)

RESUMEN

El objetivo del presente trabajo consiste en analizar, para una muestra amplia de países, la relación entre el gasto total en salud, el ingreso nacional y el estatus de salud poblacional. Se realiza un estudio descriptivo, cuantitativo y ecológico con base en datos de 192 países provistos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), para los años 2000 y 2009. Los indicadores utilizados para medir el estatus de salud son la Esperanza de Vida al Nacer (EVN) y la Tasa de Mortalidad Infantil (TMI).

Si bien este estudio no permite hacer conclusiones respecto a la existencia de causalidad, el análisis estadístico realizado permite afirmar que existe una relación positiva y estable entre los resultados en salud, el gasto en salud per cápita y el ingreso nacional per cápita.

PALABRAS CLAVE: GASTO TOTAL EN SALUD, INDICADORES DE SALUD, ESPERANZA DE VIDA AL NACER, TASA DE MORTALIDAD INFANTIL.

ABSTRACT

The aim of this paper is to analyze the relationship between total health expenditure, national income and population health status for a large sample of countries. We performed a descriptive, quantitative, ecological analysis based on data from 192 countries provided by the World Health Organization (WHO) for the years 2000 and 2009. The indicators used to measure health status are the life expectancy at birth and the infant mortality rate.

While this study does not allow conclusions regarding the existence of causality, the statistical analysis performed suggest that there is a positive and stable relationship between health results, per capita health expenditure and per capita national income.

KEY WORDS: TOTAL HEALTH EXPENDITURE, HEALTH INDICATORS, LIFE EXPECTANCY AT BIRTH, INFANT MORTALITY RATE.

  1. INTRODUCCIÓN

    Durante las primeras décadas del siglo XX la magnitud del gasto total en salud, tanto en términos nominales como en porcentaje del PIB, no fue objeto de controversias ni debates dado que los recursos eran suficientes para una demanda de atención relativamente pequeña y estable. En este sector la demanda de servicios en gran medida se deriva de su oferta, dado que son los profesionales de la salud quienes, como oferentes, decidirán si el paciente requiere o no determinadas prestaciones. La estabilidad observada en los niveles de gasto podía ser explicada, paradójicamente, por la ausencia de grandes innovaciones en la oferta de bienes y servicios médico sanitarios. Este escenario perduró hasta la década de los setenta, en la cual algunos países comenzaron a mostrar un crecimiento exponencial de los costos, que en gran parte puede ser explicado por las innovaciones en tecnología médica y farmacología.

    En un contexto de costos crecientes, el análisis de la influencia en los indicadores de salud del sistema de atención médico-sanitario recibió mayor atención. Diferentes trabajos han analizado la relación entre gasto total en salud GTS (como porcentaje del PBI o en términos per cápita) y el estatus de salud poblacional. También existe literatura que analiza el vínculo entre componentes específicos del GTS, como el gasto público en salud (GPS) o el gasto en acciones de prevención, y los resultados en salud.

    Schieber et al. (1993) analizan el gasto total en salud (en adelante GTS) para 24 países de la OCDE en el periodo 1985-1991. Los autores encuentran que dicho gasto, como porcentaje del PBI o en términos per cápita, varía considerablemente entre países, siendo varias veces mayor en Estados Unidos (país líder de la muestra con un gasto per cápita de U$S 2.868 en 1991) que en Turquía (gasto per cápita de U$S142 en 1991). Los autores no encuentran una vinculación directa entre el GTS y el estatus de salud poblacional. En dicho análisis, Estados Unidos presenta una de las TMI más elevadas dentro de la muestra (cuarta más alta entre 24 países). Al mismo tiempo, ocupa uno de los últimos puestos en cuanto a EVN dentro de los países considerados (puesto 18 en hombres y 15 en mujeres, con valores de EVN de 72 y 78.8 años, respectivamente).

    En esta misma línea de investigación, Evans et al. (2001) analizan, para el periodo 1993-1997, el estatus de salud de la población y sus determinantes en 191 países. Como medida del status de salud emplean una versión modificada de la esperanza de vida al nacer, a la que denominan esperanza de vida saludable al nacer, donde en lugar de considerar el total de años de vida de un individuo estiman los años de vida saludables. Como variables explicativas los autores utilizan dos factores: los recursos destinados al sistema de salud (medido a través del gasto en salud en términos per cápita) y el nivel de educación. Los resultados muestran que la performance de los sistemas de salud está significativamente vinculada a los niveles de gasto en salud; sin embargo, hacen hincapié en que la mejora en los resultados puede ser explicada no solo a partir de un aumento del gasto, sino también a través de la realización de un gasto más eficiente.

    Alonso y St. Aubyn (2004) analizan la eficiencia del GTS para los países de la OCDE a partir del gasto en salud per cápita y la tasa de supervivencia infantil y la esperanza de vida al nacer, como indicadores de resultados. Identifican diferentes grupos de países: países eficientes que gastan mucho, países ineficientes que gastan mucho y países eficientes que gastan poco. Dentro del grupo de países que gastan en forma ineficiente (en línea con la contribución de Schieber et al.) los autores incorporan Estados Unidos. Entre sus conclusiones los autores afirman que un mayor gasto no necesariamente implica mejores resultados, si el mismo no es realizado en forma eficiente.

    En un estudio realizado para nueve países latinoamericanos pertenecientes al grupo de alto índice de Desarrollo Humano, Romero y Landmann (2000) encuentran evidencia de la asociación entre la crisis económica y el Cociente de Mortalidad Infantil (CMI) en la década de los ochenta. Más específicamente, observaron una correlación negativa y significativa entre el ritmo de decrecimiento del CMI y el crecimiento de la pobreza. Específicamente, los cambios en el ritmo de decrecimiento del CMI mostraron una correlación positiva (r = 0,60) con las variaciones de crecimiento del PIB.

    Por otra parte, autores como Rodgers (2002) han indicado que la distribución del ingreso afecta los resultados en salud, tanto en la esperanza de vida al nacer, como en la tasa de mortalidad. Dicho autor propone un modelo matemático a partir del cual la esperanza de vida o la tasa de mortalidad dependen del valor del coeficiente de Gini y de una función del ingreso per cápita (Rodgers, 2002). Gravelle et al. (2002), por su parte, demuestran que el coeficiente de Gini no resulta robusto en la explicación de los resultados en salud. Asimismo, los autores sostienen que utilizar el coeficiente de Gini no es metodológicamente adecuado para demostrar el impacto de la distribución del ingreso sobre los resultados en salud. En su lugar, proponen tomar muestras de individuos para demostrar la hipótesis de que el nivel de ingreso afecta al estatus de salud individual (Gravelle, et al., 2002).

    Objetivo e hipótesis

    El objetivo del presente trabajo consiste en analizar la relación entre el gasto total en salud, el nivel de ingreso y el estatus de salud poblacional, en una muestra amplia de países. Más específicamente, se intenta determinar si en el periodo comprendido entre los años 2000 y 2009, cambios en las dos primeras variables están asociados a variaciones de la última.

    La hipótesis de trabajo (la cual se desea poner a prueba) es que los países con mayor EVN y menor TMI son aquellos que: i) destinan en promedio una mayor cantidad de recursos a la atención de la salud, y ii) detentan niveles de ingreso mayores a la media.

    El trabajo pretender realizar un aporte confirmando que la relación entre gasto y resultados, ya reconocida anteriormente, no solo se cumple en una muestra amplia de países, sino que es relativamente estable en dos momentos del tiempo (2000 y 2009).

  2. METODOLOGÍA

    Se trata de un estudio descriptivo, cuantitativo y ecológico (5) sobre la base de datos de 192 países.

    Los indicadores que serán utilizados para medir resultados en salud son la Esperanza de Vida al Nacer (EVN) y la Tasa de Mortalidad Infantil (TMI).

    La EVN indica la cantidad de años que viviría un recién nacido si los patrones de mortalidad vigentes al momento de su nacimiento no cambian a lo largo de la vida del infante. Es un indicador del nivel de salud de una comunidad, ya que constituye un indicador sintético de carácter medio y colectivo de una población, compuesto por las probabilidades de supervivencia de las distintas edades. Este está íntimamente relacionado con las tasas de mortalidad de niños, jóvenes y adultos, la efectividad de los sistemas de salud en la atención materna, los niveles de pobreza, de ingreso per cápita, así como con otras dimensiones del desarrollo humano (educación, saneamiento, nutrición, contexto ambiental, etc.) (IDH, 1999).

    La TMI es la cantidad de infantes que mueren antes de llegar al año de vida, por cada 1000 nacidos vivos, en un año determinado. Es considerada una variable proxy...

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