Hernán Medford experimentó en su debut todo lo que es Cartaginés: Un carrusel de emociones

Difícilmente Hernán Medford no conocía lo que era Cartaginés y lo que ha vivido el club en sus últimos 79 años de ayuno de títulos. Sin embargo, no es lo mismo informarse a vivir todo en carne propia.En su debut como técnico brumoso y en tan sólo 90 minutos Medford experimentó lo que es el club: un carrusel de emociones y de adrenalina que no todos pueden soportar.El timonel vio como los suyos se pusieron en ventaja dos veces, la perdieron, estuvieron abajo en el marcador, fallaron una y otra vez en defensa, pecaron en definición, desperdiciaron un penal y finalmente conquistaron el gane 4 a 3 sobre el cierre del compromiso.El Pelícano vibró, se enojó, lanzó gritos, buscó explicación a lo inexplicable y terminó el juego pidiendo tiempo, lleno de nervios y con la angustia por no definir en el momento oportuno. Incluso, hasta le tocó sentir esos silencios incómodos que se viven en el Fello Meza cuando todo se pone cuesta arriba. No obstante, también se llevó un poco de ese optimismo del que suelen llenarse los aficionados blanquiazules.Al timonel poco le faltó por meterse a la cancha y eso que fue su primer partido. Sin embargo, todo valió para amarrar tres puntos que mantienen a los centenarios más vivos que nunca, métodos de lleno en la lucha por clasificar y con opciones reales por cortar los nueve torneos sin estar en fases finales. Mientras que la U sigue última, pese al debut de Luis Diego Arnáez.Virtudes en ataque y horrores en defensa. La primera parte fue un intercambio puro de golpes entre dos equipos con muchas virtudes en ataque, pero serias desatenciones en defensa. Sise habla de emociones, las hubo y de sobra con cinco goles y alternativas claras para concretar más.Sin embargo, si se analiza más a fondo, por el lado de los brumosos pesaron y mucho las bajas de Erick Cabalceta y Jameson Scott por sanción. Daniel Chacón y Joaquín Aguirre fueron los sustitutos, pero les fue casi imposible coordinarse, mientras que la medular también los expuso y el equipo lució partido.Por el lado de la U, también se dieron los mismos en una zaga lenta, que dejó espacios y no se sincronizó para achicar o presionar. Incluso, apenas en el minuto 4 recibió el primer golpe, tras una recuperación de Mauricio Montero, que terminó en los pies de Marcel Hernández. El cubano no se la pensó dos veces y marcócon un disparo cruzado, segundo duelo al hilo en el que festeja.Eso sí, casa llegada de los Universitarios era sinónimo de peligro en la inicial, más aún...

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