Honran a educadora de 78 años por ayudar a rezagados

'Siento una satisfacción muy inmensa, el placer del deber cumplido por muchos años que he trabajado con amor, con comprensión y por el cariño de la gente'.Con esas palabras agradeció ayer la educadora Luz María Soto Molina, de 78 años, el Premio Nacional de Valores 2013 Rogelio Fernández Güell.El jurado del premio alabó el esfuerzo de una vida de Soto y destacó, entre otras cosas, como ella trabajó con niños internados en el Hospital San Rafael para que no se rezagaran en su trabajo escolar.Además, atendió adolescentes en riesgo en la casa cural de barrio El Carmen de Alajuela, trabajó en San Sebastián con niños con problemas de aprendizaje y también emocionales.Por demás, 'dio orientación y conversatorios de autoestima a madres solteras en el salón comunal de la comunidad López Mateos', indicó el jurado.Este año, ella está 'más quedita' pues debió luchar contra un cáncer de hígado -que ya superó- y, además, se quebró la rodilla.'Ahora que he estado grave, me encuentro en la calle a gente que me dice: 'Estamos orando por usted, estamos pidiéndole a Dios'. Ese agradecimiento y esa gratitud es lo más importante. Para mí...

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