'Soy un hooligan ruso, pero soy una buena persona'

San Petersburgo, Rusia. Mi cuarto día en Rusia me dejó una experiencia que me marcó, me acercó más a la cultura rusa y me permitió comprender muchos pensamientos que iban y venían desde el lunes, día en que pisé territorio mundialista por primera vez.

Viajé con un hooligan ruso, solo él y yo en un taxi y, aunque parezca increíble, tuve una conversación fluida con un habitante del país europeo.

La aplicación Uber fue objeto de una actualización este jueves en el país sede del Mundial, y a causa de eso, debí utilizar Yandex, un software similar, pero en el que también están incluidos taxis.

Me recibió un automóvil gris, con un camanance a un costado, pero como un verdadero ajito por dentro.

De una vez, la frase que rompió el hielo: 'Hello my friend... Are you a fan?'... Mi espíritu se alegró, por fin encontré alguien que entendía inglés.

El conductor era un hombre llamado Paolo, de tez blanca, tupida barba pelirroja y anteojos de sol. Su consulta de si me gustaba el fútbol tenía una razón y él me la comunicó apenas le dije que sí.

'Soy un hooligan ruso, pero soy buena persona', mencionó entre risas.

Miedillo. No voy a negar que en el momento sentí inseguridad, porque un hooligan es un aficionado al fútbol que se considera tradicionalmente violento y...

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