Liderazgo administrativo para el cambio. Lo publico y lo privado.

AutorMeo
CargoReport
Páginas47(12)

ÍNDICE Resumen Summary El mundo, Costa Rica y la importancia de la administración ¿Cuán universal es el fenómeno administrativo? Particularidad del contexto público o privado del fenómeno administrativo La cultura política latinoamericana a vencer La legalidad para el desarrollo con que cuenta Costa Rica La estrategia para confrontar y superar esa cultura política y social. Hacia una filosofía administrativa de nuevo cuño Bibliografía EL MUNDO, COSTA RICA Y LA IMPORTANCIA DE LA ADMINISTRACIÓN

Si el mundo se hizo en siete días según la Biblia, la globalización económica y comercial ha tomado varios siglos, desde las intrépidas aventuras exploratorias con fines comerciales de los europeos hacia China mucho antes de que Colón descubriera América, hasta nuestros días en que el término se ha acuñado para reflejar una exigencia específica de los países industrializados --o sea, aquellos de Norteamérica y Europa- para constituir un sistema mundial de comercio sin aranceles y de intercambios ilimitados de bienes y servicios, o sea sin las tradicionales fronteras geográficas. El mundo se convierte así en un enorme mercado, con evidentes ventajas para los países más industrializados pero sin insalvables obstáculos para que las naciones en proceso de desarrollo industrial puedan beneficiarse de manera significativa en sus afanes por crecer económicamente allende sus fronteras y población local, y si lo desean y se empeñan, por mejorar sus condiciones generales de bienestar con equidad.

Sabemos hoy, que en tal sistema ya aplicado bilateral o multilateralmente en diversas regiones del mundo hay quienes ganan y quienes pierden al menos en el plazo corto. En el plazo largo, todos ciertamente pueden ganar. No es un secreto que mucho depende de la visión que caracterice a cada sociedad: para nosotros, los tratados de libre comercio con México y con Chile, con Canadá y Estados

Unidos, y todos los demás, han sido de beneficio objetivo para el país pero podían serlo mucho más si se tuviera la visión y la agresividad, y la capacidad administrativa estatal y empresarial, para organizarse como las circunstancias mandaban desde un inicio para conquistar esos mercados de muchos cientos de millones de habitantes o consumidores.

Ya el recientemente nombrado Director Ejecutivo o Gerente de PROCOMER ha señalado que esa organización tiene que cambiar su enfoque y estructura, lo cual incluye visiones, técnicas y prácticas, para administrar eficazmente los muchos tratados comerciales existentes, pues la oficina sigue organizada para promoverlos. Hay en esto una evidente y clarividente noción de que no es lo mismo promover y negociar, que administrar, aunque en nuestro enfoque administrativista este concepto es mayor e inclusivo de aquellos otros dos, y de muchos más según veremos a continuación.

Un factor clave para posicionarse en tales flujos y sistemas de comercio mundial, es ciertamente el ADMINISTRATIVO en su sentido más rico, el cual apunta a la movilización consciente, explícita y disciplinada de esfuerzos organizados hacia la consecución de objetivos primero nacionales, de los cuales el Estado como tal en deseable alianza con los grupos empresariales y sociales más importantes y agresivos, debe ser garante. Y luego, de objetivos más particulares en donde grupos de empresarios y empresarios particulares, pasando por organizaciones representativas de los trabajadores y de la sociedad civil, tienen un rol fundamental que desempeñar precisamente dentro de aquellas pautas o parámetros mayores, estratégicos e inclusivos de todo el sistema-país, que fijan un escenario unitario e integral mayormente diseñado y tutelado por el Estado.

Los países anglosajones--o sea aquellos que ostentan democracias industriales exitosas desde hace muchas décadas y de donde nos llegan las principales teorías y planteamientos de todo tipo producto de investigación original--, ciertamente han sabido ADMINISTRAR colectiva y particularmente sus esfuerzos de desarrollo y comercio exterior basados en una muy larga tradición de penetración económica-comercial producto de esa hegemonía exploradora, aventurera y ciertamente impositiva hasta recientemente, desde hace siglos, lo cual sentó bases muy sólidas y difíciles de superar para las naciones que surgieron a la vida organizada después de siglos de sujeción colonial, al escenario del más o menos "libre intercambio comercial", éste precisamente sobre patrones europeos hegemónicos que siempre impusieron ventajas tanto en la producción de bienes y servicios como en el intercambio internacional de los mismos.

Nuestra tesis, sin embargo, es que si los latinoamericanos fuéramos más serios y profundos en el desarrollo de una visión y capacidades autóctonas para reconocer y actuar sobre el fenómeno y procesos reales de administración del desarrollo nacional, habría mucha más posibilidad de éxito en comprender mejor nuestros problemas y posibilidades, comprender mejor a aquellos con quienes comerciamos y que nos llevan ventajas enormes en muchos aspectos, y propiciar así bases más sólidas para un crecimiento societal o como sociedad, más incisivo e integral, es decir equitativo y no como la región del mundo que muestra las mayores desigualdades en distribución de la riqueza.

En el caso nacional, no todo depende de que crezcamos como sociedad y país. Proteger exitosamente el ambiente y los recursos naturales en Costa Rica, si lo hiciéramos muy eficaz o exitosamente, no va a evitar que suframos las consecuencias del mal manejo del mismo factor en el resto del mundo. El planeta es el mismo, y no hay escape ante una destrucción colectiva, y en esto la globalización también ha abierto importantes vías de reconocimientos de culpas y consecuencias negativas producto del portentoso desarrollo industrial de las naciones más poderosas. Empezar a reconocer las causas y consecuencias mundiales de acciones particulares de naciones específicas, es el primer paso para empezar a vislumbrar soluciones también integrales.

Para ello, hay que reconocer y confrontar varios supuestos que nos perjudican como nación, al igual que a toda nación en proceso de desarrollo, sobre todo producto de la muy alta dependencia de nuestras naciones--académicos, profesionales, autoridades gubernativas y universitarias, medios de comunicación, grupos de interés, no hay prácticamente quién no sea objeto de esta noción crítica- de todos aquellos adelantos o innovaciones científicas y tecnológicas sobre todo en materia de ciencias sociales provenientes de esas naciones más desarrolladas.

La común extrapolación de conocimientos anglosajones en toda carrera social, es un fenómeno que hemos estudiado a fondo durante más de tres décadas, produciendo múltiples publicaciones en las que hemos documentado las formas precisas y generales en que tal extrapolación frecuente en la enseñanza de disciplinas sociales, distorsiona la visión y la capacidad analítica de los estudiantes latinoamericanos que aprenden a repetir o reproducir los análisis que han leído, inducidos por supuesto por sus profesores durante toda su carrera universitaria, como si fueran explicaciones de situaciones nacionales.

En consecuencia, los diseños de solución en forma de estrategias, políticas, esquemas, mecanismos e instrumentos, pocas veces logran resolver los problemas objeto de la atención de líderes o gobernantes, sobre todo en el contexto público aunque con significativas repercusiones y repeticiones en el contexto privado. Veamos.

¿CUÁN UNIVERSAL ES EL FENÓMENO ADMINISTRATIVO?

Hay que cuidarse de esta presunción mítica, pues si bien el fenómeno administrativo como quiera que se le defina ocurre en todo país del mundo, desarrollado o no, socialista o capitalista, presidencialista o parlamentario, sólo hasta cierto punto debemos admitir esa "universalidad". Este autor lo ha planteado o caracterizado en sus varias dimensiones como fenómeno social, como disciplina que estudia una realidad objetiva y como la función social que también es. En las tres, el fenómeno administrativo debe ser entendido pero sobre todo estudiado y sistematizado, con sustento en las características sociopolíticas y culturales propias de cada sociedad y nación, o bien de cada región culturalmente amalgamada. Es el caso de Norteamérica--Estados Unidos y Canadá--, de Europa así como Australia y Oceanía.

Las emergentes naciones asiáticas, incluida Japón, constituyen también una región muy vasta pero amalgamada por una historia y tradiciones que han generado valores muy semejantes que hicieron posible los vertiginosos cambios producto de la asimilación de valores y prácticas occidentales en tiempos relativamente expeditos, una vez que tales sociedades decidieron cambiar.

En América Latina, lo que fue su inercia histórica producto de 300 años de formación ibérica como colonias híbridas bajo una religión predominante y avasalladora en total promiscuidad con un régimen monárquico monolítico, se ha mantenido durante más de 180 años de vida independiente.

Cada región, y concretamente cada nación, presenta características particulares que a nuestro...

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