Madre camina con el fin de ahorrar y comprar pan

'Los pobres tenemos que sacar las cuentas todos los días, para ver si nos alcanza para comer al día siguiente'. Lo dice María Elena Hidalgo, mientras se acerca al mostrador de la panadería para pedir, como de costumbre, una mano de pan.

Está en La Fila de Aserrí y son pasadas las 5 de la tarde. En ese momento, María Elena, de 47 años, ya acumula más de nueve horas de trabajo y una más de viaje en autobús. A las 4 p. m. dejó el condominio Lomas del Bosque, en San Antonio de Desamparados, donde limpia casas.

En la ciudad de Desamparados abordó el bus de San Gabriel de Aserrí, el cual la llevó hasta La Fila. Viaja en este porque es ¢700 más barato que el de Autotransportes San Juan de Tobosi Sur, el cual va directo a su pueblo: Río Conejo de Corralillo.

Para esta mujer, viuda desde hace ocho años y responsable de dos hijos, las matemáticas son sencillas. Si usa la ruta de Tobosi, llega más temprano y el bus la deja a 100 metros de la casa, pero le cuesta ¢1.555. La unidad de San Gabriel, en cambio, la deja cuatro kilómetros más lejos.

'Es simple: con lo que me ahorro del bus compro...

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