La mujer y la economia romana: una aproximacion desde la lengua del lacio.

AutorCampos Vargas, Henry
CargoReport
Páginas289(6)

ÍNDICE Introducción Desarrollo Conclusión Bibliografía A mi esposa Denia

INTRODUCCIÓN

Comparada con sus congéneres de otras culturas, la mujer romana contó con un lugar de privilegio. A manera de ilustración, la mujer griega estuvo recluida en el gineceo: un aposento que en la arquitectura de sus casas estaba reservado para la habitación de las féminas.

Las mujeres siempre han constituido uno de los principales motores de los procesos de creación, reproducción y transformación de la economía y el derecho en todas las culturas y, sobremanera, en Roma. Ningún ámbito fue legal o socialmente vedado a las romanas, excepción hecha con base en la siguiente cita del Digesto:

Feminae ab omnibus officiis civilibus vel publicis remotae sunt et ideo nec iudices esse possunt nec magistratum gerere nec postulare nec pro alio intervenire nec procuratores existere (Dig. 50.17.2pr., Ulpianus 1 ad sab., justiniano 2005: 1).

Las mujeres han sido excluídas de toda labor civil y pública, de esta forma, no pueden ser jueces, ni ejercer una magistratura ni tampoco accionar, ni intervenir por otra persona, ni ser procuradores.

Este principio del derecho justinianeo parece no haber tenido excepción a lo largo de toda la historia de Roma. Las pretensiones de alguna mujer para ejercer lo que hoy se conoce como abogacía habrían sido rápidamente reprimidas. El surgimiento de algún senado de mujeres durante el gobierno de Heliogábalo habría sido algo momentáneo y no habría repercutido significativamente (sobre el tema puede consultarse (ROLDÁN 1999: 258-259).

Las romanas gozaron de la ciudadanía, pero jamás tuvieron derechos políticos. Sin derecho al voto y separadas del cursus honorum (carrera política), durante la República su labor se limitó a la reproducción y las labores del hogar. Empero, hacia finales de este período e inicios del Principado, sufre un cambio significativo, merced al auge económico, a la efervescencia de las ideas venidas de otras zonas geográficas y la primacía de Roma en la península itálica: se libera económicamente.

DESARROLLO

Son famosos los grandes capitales amasados por las mujeres de la aristocracia romana: Livia y Mesalina son claros ejemplos del poderío que algunas llegaron a alcanzar. Sin embargo, no son las damas de este gremio las que interesan para los efectos de esta breve exposición. En efecto, gracias a su ingenio y habilidad, muchas féminas anónimas lograron granjearse un capital importante. junto a su libertad económica, encontramos su libertad de pensamiento y de acción.

A decir de Cantarella, pocos siglos después del nacimiento de la ciudad de Roma, las mujeres habían alcanzado una independencia económica sorprendente en relación con su condición originaria y con otras mujeres de la antigüedad (Lázaro 2003: 156).

En el plano léxico, se aprecia significativamente la incidencia de este proceso. junto a las formas masculinas de determinados oficios, se encuentran las femeninas. En algunos casos, el oficio es propio de esclavas (servae). En otros, la mujer es dueña (domina) y agente económico principal.

Es claro que las romanas ofrecieron a Roma no solo su fecundidad, sino su valor, esfuerzo e inteligencia económica. La producción general de bienes y servicios es de gran variedad, tal y como muestra la literatura de la época y, en particular, numerosas inscripciones (lo que serían nuestras actuales vallas publicitarias).

Con el respeto debido a la polisemia de muchas de las voces encontradas, se aprecian algunos campos semánticos importantes en el desempeño de las mujeres: en el ámbito del hogar, debe iniciarse con la función de la partera, para la que destacan varias...

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