Mujeres proveedoras: contribución económica de las mujeres que viven en pareja en los hogares costarricenses
Jurisdicción | Costa Rica |
Fecha | 01 Julio 2017 |
Autor |
Ciencias Económicas 35-N°2: 2017 / 27-46 / ISSN: 0252-9521
MUJERES PROVEEDORAS: CONTRIBUCIÓN ECONÓMICA DE
LAS MUJERES QUE VIVEN EN PAREJA EN LOS
HOGARES COSTARRICENSES
Camila Salazar Mayorga 1
Recibido: 02/04/2017 Aprobado: 25/10/2017
RESUMEN
Este trabajo anali za en el contexto costar ricense, la contribución ec onómica al hogar
de las mujeres casad as o en unión libre en comparación con los in gresos que aporta su
pareja. Desde una persp ectiva de los roles de género, teoría del capit al humano y aspec tos
relacionados con la oferta lab oral femenina, se ana lizó, con métodos multivaria dos y
descriptivos, qué var iables influyen en la probabilida d de que la contribución de la mujer
sea mayor o menor dentro del hogar. Utilizando d atos de la Encuesta Nacional de Hog ares
de 2014, se encontró que un 51% de las mujeres casadas o en unión libre no genera n
ningún tipo de ingresos, lo c ual evidencia una relación económic a dispar en la mitad de los
hogares, donde la función de provee dor queda relegada al hombre. La s labores doméstica s
y la cantidad de hijos impact an negativamente en la prob abilidad de contribución, mientra s
que las mujeres con un mayor nivel educat ivo tienen mayor probabilidad de contr ibuir
igualitariamente al ingreso.
PALABRAS CLAVE: FAMILIA, MU JER CASADA, ECONOMÍ A, HOGAR.
CLASIFICACIÓN JEL: D1, D13
ABSTRACT
This paper analyz es the economic contribution of m arried and cohabit ing women to the
household income, in compariso n to the income their part ners generate, in Costa Rica .
From a perspective of gender roles, huma n capital theor y and female labor par ticipation,
this paper exa mines what variables inf luence the probability of cont ribution. Based on
data by the 2014 National Household Sur vey, this study found th at 51% percent of married
or cohabiting women do not generate any income , which shows there is an unequal
economic relationship in half of C osta Rican household s and the males a ssume the
breadwinning role. Household chores a nd the number of children reduce the proba bility
of economic contribution. On t he other hand, women with more years of schooling have a
higher probability to contribute equ ally to the couple’s total income.
KEYWOR DS: FAMILY, MARR IED WOMEN, ECONOMICS, HOUSEHOLD.
JEL CLASIFICACION: D1, D13
DOI: http://dx.doi.org/ 10.15517/rce.v35i2.31750
1 Universidad de Costa Rica, Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva; Código postal 11501-2060;
San José, Costa Rica; camila.salazarm@gmail.com
28 Camila Salazar Mayorga
Ciencias Económicas 35-N°2: 2017 / 27-46 / ISSN: 0252-9521
I. INTRODUCCIÓN
En los últimos veinte años, la participación económica de las mujeres ha aumentado en Costa Rica. Según
datos de las Encuestas de Hogares y Propósitos Múltiples (Instituto Nacional de Estadística y Censos [INEC], 1994)
y la Encuesta Nacional de Hogares (INEC, 2014), la tasa de ocupación de las mujeres pasó de un 32,5% en 1994 a un
40,3% en 2014, lo cual reeja un cambio importante de las mujeres como generadoras de ingreso. Esta inserción al
mercado laboral implica que las mujeres dentro del marco de una familia se convierten en proveedoras.
No obstante, este cambio no ha permeado por completo en los hogares costarricenses. Para el 2014, según
datos de la Encuesta Nacional de Hogares (INEC, 2014), el 39% de las mujeres casadas o en unión libre trabajaban
fuera del hogar, una cifra mucho menor al porcentaje de ocupación de las divorciadas (65,2%), separadas (60,4%)
o las solteras (48,3%). De esta forma pareciera que el espacio matrimonial o de convivencia en pareja puede
convertirse en una barrera que impide a algunas mujeres salir al mercado laboral.
A lo interno del hogar, tradicionalmente ha existido una división del trabajo marcada por roles de género, en
donde se considera al hombre como proveedor y a la mujer como ama de casa (Becker, 1981; Davis, 1984; Friedan, 1963;
Potuchek, 1997). Así, estas estructuras y la conformación de los hogares pueden limitar – o inuenciar – la participación
de las mujeres en el mercado laboral y, por ende, impactar en los ingresos que estas puedan aportar al hogar.
En este contexto de mayor participación laboral femenina, pero diferenciada según su estado civil, surge
el interés de analizar el nivel de contribución económica de las mujeres que están casadas o en unión libre en
comparación al de sus esposos o compañeros. Esta investigación estudia los determinantes que hacen que dicho
aporte sea mayor o menor, enmarcado en el contexto costarricense. Para ello, se utilizaron datos de la Encuesta
Nacional de Hogares de 2014 y se realizó un análisis descriptivo y multivariado.
El trabajo se enfoca en la contribución económica de las mujeres como una proporción del ingreso total de
la pareja, y del ingreso total del hogar, con el n de identicar de manera más clara la brecha entre los cónyuges.
En Costa Rica, los estudios encontrados se enfocan principalmente en identicar brechas salariales
entre hombres y mujeres en el mercado laboral (Cedeño, González, & Pizarro, 2015; Rodríguez & Segura,
2015), pero no a lo interno de los hogares. Otros análisis (Kasy & Ramos, 2014) estudian cómo el cambio en la
composición de los hogares entre 1993 y 2009, modcó la distribución del ingreso femenino. Esta investigación
da un nuevo enfoque y presenta un panorama claro de las dinámicas familiares que inuyen en el ingreso que
aportan los miembros al hogar. Resulta relevante conocer qué está pasando a lo interno de los hogares para
identicar factores que limitan (si ese es el caso) el aporte económico de las mujeres.
Tener el panorama claro permitiría ver cómo, a pesar de una mayor inserción laboral del sexo femenino,
pueden seguir persistiendo brechas de género dentro de los hogares y cómo en la división del trabajo familiar,
pueden pesar aspectos biológicos; aunque también hay espacio para que las razones de no participación laboral
respondan a otros motivos.
Antecedentes
La división del trabajo dentro de la familia ha respondido históricamente a esquemas sociales en donde
el género es una pieza esencial. Según propone Potucheck (1997, p. 20), este es una construcción social y sus
relaciones y categorías son una parte fundamental de la estructura e interacción entre los individuos, es decir, están
presentes en todos los aspectos de la vida cotidiana como familia, trabajo, política y religión. Esto se observa en la
diferencia en empleos que ocupan hombres y mujeres, los cargos públicos e inclusive en que muchas organizaciones
religiosas limitan a las mujeres el acceso a puestos de autoridad (Potucheck, 1997, p. 21).
Sin embargo, Potucheck (1997, p. 26) propone que estas construcciones no son estáticas, sino que
constantemente son retadas, renegociadas, desmanteladas y reconstruidas, ya que el género es también un
proceso. Sin embargo, tal como sostiene De Beauvoir (1949), es innegable, que ha existido una jerarquización
de los sexos, donde el hombre tiende a tener ventaja. De esta manera, estas estructuras y la conformación de los
hogares pueden limitar o inuir en cómo se divide el trabajo a lo interno de la familia, por ejemplo, decidir quién
participa o no en el mercado laboral y quién en el doméstico.
Lundberg y Pollak (1993) plantean el concepto de esferas separadas, partiendo del supuesto que la división del
trabajo dentro del hogar responde a roles tradicionales que son producto del contexto y construcciones culturales.
Bajo este esquema, cada miembro de la pareja asume funciones determinadas sin necesidad de una negociación previa.
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