Nicaragua entra en su segundo año de conflicto con una profunda crisis económica y social

Con un gobierno enfrentado a la oposición y divorciado del sector privado, sin la ayuda venezolana, y con la cooperación internacional congelada, Nicaragua cumple un año sumida en una crisis social, económica y política que se profundiza día a día. El conflicto se inició con protestas por una impopular reforma a la seguridad social, que escaló con la represión de las marchas y derivó rápidamente en exigencias de renuncia del presidente Daniel Ortega, acusado de autoritarismo. La crisis ha dejado más de 300 muertos, cientos de detenidos, miles de exiliados y millonarias pérdidas económicas en el segundo país más pobre del continente -su Producto Interno Bruto (PIB) per cápita es de $2.154-. Hoy, es común ver bares, restaurantes, hoteles, tiendas, fábricas cerradas o a media marcha, furgones con mercancías parados y miles de desempleados o subempleados. Nicaragua es la nación más grande de Centroamérica y venía creciendo durante ocho años seguidos a un ritmo de 5%, gracias a una pragmática alianza entre Ortega y la empresa privada. Pero la crisis impactó la economía, que se contrajo 3,8% el año pasado. Para 2019 el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la producción nacional retrocederá 5%. Y mientras la Cámara de Industria y Comercio (Cadin), que agrupa al sector privado, tiene proyecciones más pesimistas de -7%, el gobierno estima un decrecimiento de -1% a un -7%. Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo del centro independiente Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Social y Económico (Funides), cree que la contracción económica oscilará entre el -7% y -11% en 2019. "El panorama es devastador, y no se ve una salida inminente. La pobreza se ha incrementado y pasó de 20,4% en 2017 a un 23,5% en 2018. En 2019, cerrará entre un 29% y un 32%", dijo Chamorro.Debido a la debacle económica, de acuerdo con Cadin, el país perdió 157.923 empleos formales en 2018 y se prevé que desaparezca una cantidad igual de fuentes de trabajo este año. Sergio Maltez, presidente de Cadin, declaró que el año pasado 2.800 empresas cerraron, por lo cual "podemos hablar de que se incrementó la tasa de desempleo, y aunque no hay aún cifras oficiales, se presume que se generó un subempleo de 40% de la fuerza laboral (3,3 millones de personas), es decir, de gente que ya no tiene un trabajo fijo pero que se gana la vida como negociantes ambulantes o realizando cualquier actividad por un pago de menos de dos dólares diarios". Funides añadió que las...

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