Nicaragua entra en su segundo año de conflicto con una profunda crisis económica y social

Con un gobierno enfrentado a la oposición y divorciado del sector privado, sin la ayuda venezolana, y con la cooperación internacional congelada, Nicaragua cumple un año sumida en una crisis social, económica y política que se profundiza día a día. El conflicto se inició con protestas por una impopular reforma a la seguridad social, que escaló con la represión de las marchas y derivó rápidamente en exigencias de renuncia del presidente Daniel Ortega, acusado de autoritarismo. La crisis ha dejado más de 300 muertos, cientos de detenidos, miles de exiliados y millonarias pérdidas económicas en el segundo país más pobre del continente -su Producto Interno Bruto (PIB) per cápita es de $2.154-. Hoy, es común ver bares, restaurantes, hoteles, tiendas, fábricas cerradas o a media marcha, furgones con mercancías parados y miles de desempleados o subempleados. Nicaragua es la nación más grande de Centroamérica y venía creciendo durante ocho años seguidos a un ritmo de 5%, gracias a una pragmática alianza entre Ortega y la empresa privada. Pero la crisis impactó la economía, que se contrajo 3,8% el año pasado. Para 2019 el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la producción nacional retrocederá 5%. Y mientras la Cámara de Industria y...

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