Número de ahorrantes crece a ritmo moderado desde hace cinco años
En los últimos cinco años, el crecimiento de la cantidad de ahorrantes no ha sido significativo y las cifras muestran que hay bajo interés de los clientes por los instrumentos del mercado.
En el 2013, 87.395 personas tenían cuentas de ahorro a la vista y a plazo, y en el 2017 la cifra había aumentado a 101.993, lo que representa solo el 2,66% del total de población en edad de trabajar, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
La cifra de ahorrantes en el mercado ha crecido un 4% anual en los últimos cuatro años, con una ligera variación en los últimos 12 meses, cuando el crecimiento fue del 5%.
El poco incremento en parte es explicado, especialmente, porque entre el 2015 y el 2016 el país vivió un proceso de ajuste de tasas de interés a la baja, llegando a un mínimo histórico en el 2016.
Esta tendencia se mantuvo hasta el segundo trimestre de este año, reduciendo el apetito por instrumentos de ahorro, pues los clientes percibían bajas rentabilidades .
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Sin embargo, en los últimos cuatro años sí ha habido un incremento del ahorro promedio, específicamente en el 2017. Y los clientes que mantienen los mayores saldos se ubican en bancos privados.
En el 2013, el saldo mantenido en bancos públicos era de ¢481.413, mientras que en los privados era casi el doble, ¢789.511.
Tres años más tarde, el ahorro promedio en bancos públicos creció un 20%, mientras que en los privados fue del 8%.
Para el 2017, el saldo promedio registrado ha sido el mayor de los últimos años, ubicándose en ¢570.790 en bancos públicos y ¢839.311 en los bancos privados, lo que representa una variación del 1% y 2%, respectivamente con respecto al 2016.
Factores de cambio
Durante los diez meses de este año, varias circunstancias hicieron que el ahorro tuviera una ligera tendencia al alza.
Pese a que los productos de ahorro habían perdido fuerza, la situación comenzó a dar giro con la publicación de una norma que permitió la creación de cuentas simplificadas, que abrieron opciones digitales para crear cuentas y entregarlas en plazos muy cortos a clientes de bajo riesgo.
Estas cuentas han servido como un canal por el que los clientes pueden acceder a otros productos como ahorro automático, certificados a plazo, fondos de inversión o usarlas como un medio de administración financiera.
Además de un cambio en los instrumentos, también surgió un ajuste en la composición del ahorro...
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