La perspectiva de género

AutorJorge Scala
Páginas19-40
19La perspectiva de género
1. Antecedentes
La IV Conferencia de la O.N.U. sobre la Mujer,
realizada en septiembre de 1995 en Pekín, tuvo un tema
dominante: “la perspectiva de género”. En los documen-
tos de Naciones Unidas esta denominación encubre una
falsa ideología, que obedece a unos objetivos políticos
concretos, en los que convergen determinados intereses
geopolíticos, con la legitimación e incentivación de
conductas individuales inmorales. El asunto no queda
simplemente en escritos inoperantes, sino que se pretende
llevarlos a la práctica a través de planes de acción, que
involucren a los gobiernos signatarios de los documentos
y a los organismos multilaterales de crédito, los cuales
condicionan su “ayuda” a los países pobres a la
aplicación de tales principios4.
3Este artículo fue publicado en el libro de AA.VV., La Mujer
Hoy - Después de Pekín, JC Ediciones, Rosario (Argentina),
1995, págs. 33 a 46.
4Estas prácticas de condicionamiento de los créditos externos a
determinadas cláusulas de interés geopolíticos -aunque no
referidas expresamente al “género”-, ya habían sido denun-
ciadas por Juan Pablo ll, en el punto 30 de la Familiaris
Consortio.
I
LA PERSPECTIVA DE GENERO3
20 Jorge Scala
Con la relación específica a la cuestión del
“género”, los condicionantes son en materia educativa,
y la República Argentina, por decisión del gobierno
nacional, ya se ha sometido a los mismos, como se
demostrará en este trabajo; ya que aún cuando ha habido
renuncias de varios funcionarios del Ministerio de
Educación, los programas siguen en pie; por otra parte,
las mejoras de los contenidos básicos curriculares son
insuficientes.
1.1. Antropología
Desde el punto de vista de la antropología
filosófica siempre se ha considerado al “género” humano
compuesto por personas de sexo femenino o masculino.
El ser humano es una unidad sustancial de espíritu y
materia, compuesto unitario de cuerpo y alma, un ser
corpóreo (animal), racional (no un dualismo de substan-
cias yuxtapuestas; espíritu y cuerpo). Sólo con referencia
a la persona humana en su “totalidad unificada”, –alma
que se expresa en el cuerpo informado por un espíritu
inmortal– se puede entender el significado específica-
mente humano del cuerpo y, por consiguiente, de la
masculinidad y la femineidad.
Ahora bien, cada persona humana –cuerpo y
alma– es distinta de las demás, por las diversas
características accidentales que las determinan –altura,
peso, figura, etc.–. Además, hay un elemento que
perfecciona a toda la persona, que puede ser dual, pero
que en cada ser humano se da sólo en uno de dos modos:
el hombre sólo existe como varón o como mujer.

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