Presidentes huérfanos

Aparte del derrumbe del bipartidismo, de presidentes sin mayorías legislativas y de fragmentación parlamentaria aguda, ocurre otro fenómeno inquietante en la política.Presidentes sin apoyo partidario o enfrentados a su propio partido, se debilitan rápidamente en el ejercicio del gobierno y la legitimidad del sistema sufre.Los partidos suministran operadores políticos e ideas, sin ellos los gobiernos quedan en el aire, son incapaces de coordinar acciones y de formular visiones de futuro.Abel Pacheco es un ejemplo. Empezó enfrentado a la estructura del PUSC y se separó luego. Para resolver el aislamiento, recurrió al apoyo de grupos empresariales y tecnocráticos, así como a los hermanos heredianos. Sin embargo, los nuevos amores duraron muy poco.Pacheco se separó de tecnócratas y empresarios, denunciando intentos de golpe de Estado, y los hermanos Arias se alejaron ante la inminencia de la campaña del 2006. Enfrentado a su partido y a sus asesores, el gobierno del siquiatra terminó en el vacío político.Doña Laura llegó con el...

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