La prolífera cantera de Limón para en seco a la Liga

Sentado en el banco de suplentes, con el chaleco puesto y los brazos cruzados, Jossimar Pemberton mira como su exequipo pone a sudar a la Liga, esta vez sin él como protagonista. Limón ya no lo necesita; se reinventó... como siempre lo hace.

Como una planta que multiplica sus frutos, la prolífera cantera caribeña solo necesitó de unos meses para rearmar su desmantelado equipo y frenar, al que, hasta ayer, parecía un ataque incontenible.

Lo dejó en cero y lo paró en seco desde el primer minuto. Desde antes de la infantil expulsión del defensor manudo Harold Cummings, Limón era mejor.

El cuadro de casa lo consiguió con dos esforzadas torres -Yuacell Wright y Steven Williams- en punta de lanza, apretando la salida; en la ejecución y creación, Marvin Esquivel; y atrás, Jemark Hernández, una roca en las alturas, impasable para el incluido de cambio Jonathan McDonald.

Limón conoce a la perfección su trinchera, pequeña y pesada para el adversario, pero perfecta para el toque en corto, el pressing en tres cuartos de cancha y, cuando es necesario, el pivoteo de sus hombres arriba.

Desde un principio, rompió el libreto manudo. El enardecido mediocampo rojinegro solo atinó a destruir. Ni Pablo Gabas ni Diego Madrigal fueron capaces de penetrar la solvente muralla caribeña.

Limón, en cambio, atacó mediante dos vías: la producción por los costados con Iván Ramírez y el juego directo en busca de sus espigados atacantes.

Fue en la táctica fija que encontró el gol de la victoria, luego de que Wright cerrara en el segundo palo un cobro de esquina, para...

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