Proyectos. Expediente Nº 22.160. Ley para potenciar el financiamiento e inversión para el desarrollo sostenible mediante el uso de valores de oferta pública temáticos
LEY PARA POTENCIAR EL FINANCIAMIENTO E INVERSIÓN PARA EL
DESARROLLO SOSTENIBLE MEDIANTE EL USO DE VALORES
DE OFERTA PÚBLICA TEMÁTICOS
Expediente N° 22.160
ASAMBLEA LEGISLATIVA:
El calentamiento global ha sido documentado científicamente como un problema
mundial grave que justifica la adopción de políticas para mitigarlo y adaptarse a sus
efectos. El papel que ha desarrollado Costa Rica ha sido destacable y de
reconocimiento internacional trabajando tenazmente en distintas acciones
involucradas en la mitigación de gases de efecto invernadero y en el desarrollo de
capacidades de adaptación para hacer frente a sus consecuencias, para lo cual
realiza esfuerzos continuos; tales como la adhesión de acuerdos internacionales
sobre cambio climático como la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático y el Protocolo de Kioto; la realización y actualización de
Inventarios Nacionales de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero, la emisión
de políticas públicas en beneficio del ambiente, entre otros. Es más, Costa Rica
tiene una política nacional de pago por servicios ambientales y un Plan Nacional de
Descarbonización que se han convertido en referentes internacionales.
Nuestro país se comprometió mundialmente en el 2007 a la luz del Convenio Marco
de Naciones Unidas con la meta de que, para el cumplimiento de su bicentenario
en el 2021, sería carbono neutral; meta que también es perseguida por Noruega,
Nueva Zelanda e Islandia. El concepto de carbono neutralidad al que Costa Rica
se ha comprometido apunta a compensar las emisiones de Gases con Efecto
Invernadero (GEI) que libera el país en su conjunto, con dosis equivalentes de
oxígeno, de manera que no se contribuya en nada con el calentamiento global y los
fenómenos asociados. Para efectos de alcanzar este objetivo, Costa Rica debe
apoyarse en un desarrollo de mercado adecuado para promover este cambio de
modelo dentro del marco de la Estrategia Nacional de Cambio Climático; con el fin
de impactar en nuestros hábitos de consumo, la forma de producción agroindustrial
y en general nuestro estilo de vida. Si bien es cierto que Costa Rica genera una
mínima proporción de las emisiones globales de Gases con Efecto Invernadero
(GEI), también lo es que es sumamente vulnerable a los efectos del cambio
climático, por razones geográficas, económicas, ambientales y sociales.
El 22 de abril del 2016 en las oficinas centrales de las Naciones Unidas en la ciudad
de Nueva York, Estados Unidos de Norteamérica, se dió la firma inédita del Acuerdo
de París, siendo ésta la mayor cantidad de naciones que lo hacen sobre un acuerdo
multilateral, el día de su apertura para recolección de firmas. Por su parte, el 12 de
diciembre del año 2015, en París, Francia, en la vigésima primera Conferencia de
las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático (CMNUCC) y, después de dos décadas del diseño del Protocolo
de Kioto, se introduce un modelo para contrarrestar los efectos del cambio climático.
En ellas se refuerzan los compromisos internacionales adquiridos por Costa Rica.
Adicionalmente, en septiembre de 2015 la Asamblea General de las Naciones
Unidas aprueba la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible1, la cual establece
una visión transformadora hacia la sostenibilidad económica, social y ambiental de
los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas que la suscribieron, entre ellos
Costa Rica. La Agenda 2030 presenta una oportunidad histórica para América
Latina y el Caribe, ya que promueve temas altamente prioritarios para la región,
como la erradicación de la pobreza extrema, educación de calidad, la reducción de
la desigualdad en todas sus dimensiones, un crecimiento económico inclusivo con
trabajo decente para todos, ciudades sostenibles y cambio climático, entre otros.
Esta agenda regirá los programas de desarrollo mundiales durante los próximos
años y al adoptarla, Costa Rica y los demás países miembro, se comprometieron a
movilizar los medios necesarios para su implementación mediante alianzas
centradas especialmente en las necesidades de los más pobres y vulnerables.
Sin embargo, para que nuestro país pueda cumplir tanto con el Acuerdo de París
como con la Agenda 2030, se requiere de una inversión monetaria importante que
deberá provenir de diversas fuentes de fondeo, dado que los recursos públicos no
son suficientes, por lo que la inversión privada se torna crucial. En este sentido, los
mercados de capitales de los distintos países están jugando un papel crucial, ya
que pueden canalizar gran cantidad de recursos para financiar proyectos,
actividades y obras que le permitan a Costa Rica avanzar hacia un desarrollo
económico más inclusivo y comprometido con cuidar el medio ambiente.
Los mercados de capitales han creado diversos instrumentos destinados a financiar
exclusivamente proyectos que contribuyan con el cumplimiento de los objetivos de
desarrollo sostenible, y con la mitigación y adaptación al cambio climático. Estos
instrumentos suelen ser llamados “valores temáticos” y se rigen por ciertos
Principios aceptados a nivel internacional que buscan darles transparencia,
confianza e integridad ante los inversionistas. El cumplimiento de estos principios
es fundamental para asegurar que el uso de los fondos efectivamente se destine a
proyectos con beneficios ambientales y sociales. Dentro de los valores temáticos
más utilizados a nivel internacional están los bonos verdes, bonos sociales y bonos
sostenibles.
De conformidad con la International Capital Market Association (ICMA), un bono
verde es un instrumento de deuda en el que los fondos recaudados se aplicarán
1 La Agenda plantea 17 Objetivos con 169 metas de carácter integrado e indivisible que abarcan
las esferas económica, social y ambiental
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba