La realidad europea

Eduardo OrdoñezLa crisis de la deuda Europea ha dominado los titulares internacionales. Se ha tratado de un constante vaivén dominado por pesimismo apocalíptico y optimismo mesiánico. Un día es el drama griego o Italia ardiendo en llamas, pero, al momento siguiente, los mercados van al alza porque Angela Merkel, primera ministra de Alemania, y su contraparte en Francia, Nicolas Sarcozy, se reúnen para conversar.Entre tanta distracción surgen aquellos que mencionan este como uno de los momentos que definen al Euro y a la Unión Europea como un bloque consolidado y también aparecen otros resaltándolo como el final del Euro y el fracaso del experimento.Ambas posturas, como suele ocurrir, se ubican en extremos ideológicos donde no es sorpresa que, además, haya quien pueda ganar algo con la propuesta. La realidad se encuentra, como muchas veces, en un punto medio.Es cierto que Europa, bajo el Euro, es todavía un experimento. Apenas redondeamos diez años desde que la moneda entró en circulación. No han sido años de crecimiento desmedido para todos pero tampoco hemos tenido, excluyendo los eventos globales entre 2008 y 2009, catástrofes económicas o militares.Alemania sigue siendo lo más relevante de la zona euro y los demás miembros han tenido crecimiento discreto. Existen cada vez más países interesados en unirse y poco a poco se da más protagonismo a los euroburócratas en Bruselas.Las dos carasPor el otro lado, es cierto que los países tradicionalmente menos productivos del bloque...

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