Red vial camina sobre amenazas

De un extremo a otro del territorio, los riesgos de emergencias por eventos naturales abundan. Hilvanando las poblaciones expuestas por las condiciones naturales del país está un sistema vial debilitado, vulnerable y que a la vez es vital para la atención de estas situaciones.La infraestructura vial es tan vulnerable a la naturaleza como el país mismo. La red, conformada por 7.500 kilómetros de caminos pavimentados y de lastre, sube y baja por montañas y volcanes, cruza ríos y se torna densa en el centro del país, donde se concentra la población.'En la zona central del país vive el 60% de la población, en un territorio donde confluyen amenaza volcánica, por deslizamientos y sísmica. Ya ahí vemos un elemento de vulnerabilidad. Mucha población vive en zonas expuestas a eventos regularmente', comentó Lidier Pérez, geólogo de la Comisión Nacional de Emergencias.Esta vulnerabilidad le sale cara al país. En el 2011, un temporal de dos semanas, ocasionado por las tormentas tropicalesJovayRina, afectó 1.250 kilómetros de carreteras en 347 puntos. Para sacar agua del barco, el Gobierno destinó ¢7.500 millones, pero el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) calcula que los costos de la reconstrucción final ascienden a ¢30.000 millones.El costo es la regla, no la excepción. En promedio, el país debió invertir cerca de $ 70 millones al año entre 1988 y el 2009 en la atención y reparación de daños causados en la infraestructura pública por desastres naturales, según estimaciones del Ministerio de Planificación.Veinte años son muchosAunado a esta vulnerabilidad natural, las calles y carreteras padecen de problemas de mantenimiento que potencian sus debilidades.El más reciente ejemplo fue la aparición de un cráter de cuatro metros de diámetro en la autopista General Cañas, la principal del país, que desató el caos vial y encendió las alarmas. El hundimiento fue provocado por el desbordamiento de una alcantarilla obsoleta. Es el más reciente mas no el único y definitivamente no el último.Durante las décadas de 1950 y 1970, el país experimentó un crecimiento importante en la red vial nacional, que se extendió hasta convertirse en una de las más grandes de América Latina.Sin embargo, la época de oro fue seguida por una etapa de oscurantismo para la inversión públicaque entre 1980 y finales de la década de 1990, que dejó en el virtual abandono la red de calles de la nación.No fue hasta el nacimiento del Conavi y su financiamiento por emdio de impuestos sobre los...

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