La segregacion social como determinante del desarrollo urbano. Barrios cerrados y autosegregacion en las ciudades de San Jose y Heredia, Costa Rica.

AutorPujol M., Rosendo
Páginas445(32)
  1. Introducción 2. Condominios horizontales: una forma de urbanización para sectores de altos ingresos Antecedentes latinoamericanos del desarrollo de barrios cerrados Medición de conglomerados y patrones de dependencia espacial Concentración espacial del desarrollo de condominios 3. Patrones de segregación residencial en San José y Heredia Aspectos metodológicos para estimar la segregación socioeconómica Estimación de Indicadores de Segregación socioeconómica Análisis de resultados de patrones de segregación 4. Determinantes de la localización de condominios: estructura social, accesibilidad y seguridad ciudadana Técnicas econométricas: regresiones geográficamente ponderadas Resultados y discusión de patrones de localización de condominios 5. Consideraciones Finales 6. Referencias 1. INTRODUCCIÓN

    El presente artículo discute los patrones de concentración de los condominios en las Área Metropolitanas de San José (AMSJ) y Heredia (AMH). Busca explicar su localización empleando indicadores cuantitativos y espaciales de segregación. Como hipótesis general se propone que la creación de grandes condominios horizontales es una estrategia de autosegregación por parte de sectores de altos ingresos.

    El análisis de la concentración de condominios, junto con el estudio de los fenómenos de segregación, es importante porque permite identificar con mayor claridad la magnitud y las formas específicas en que se manifiestan las desigualdades sociales en el espacio urbano. El desarrollo de investigaciones en este tema implica introducir en el conocimiento de la realidad un enfoque hasta ahora muy poco explorado, que constituye la base para comprender, y así poder actuar sobre, el problema de ordenamiento urbano en el país.

    [FIGURA 1 OMITIR]

    El área de estudio es un espacio de 750 [Km.sup.2] (1,5% del territorio de Costa Rica), donde vive poco más del 40% de los hogares del total nacional (385.159 hogares), casi el 40% de la población nacional, el 81% de los hogares de Clase Muy Alta [Estrato 6] y el 22% de los hogares de Clase Baja [Estrato 1] del país.

    Los resultados muestran variaciones espaciales importantes y sistemáticas en los factores sociales determinantes de la localización de condominios, que en parte responden a la concentración de condominios al oeste de la ciudad de San José. Las principales relaciones identificadas incluyen una relación directa con los índices de aislamiento (de grupos tanto de altos como de bajos ingresos) y una relación inversa con el índice de desigualdad de grupos de bajos ingresos. No son significativos como determinantes ni la tasa de defunciones por homicidios ni los índices de desigualdad para grupos de ingresos altos.

    El estudio está organizado en cuatro secciones. En la primera, se analiza la concentración espacial del desarrollo de condominios. En la segunda sección, se ofrece una clara localización de las áreas geográficas de concentración espacial de segregación para el grupo de Ingresos Bajos y Altos [Estratos 1 y 6 respectivamente] en las áreas metropolitanas de Heredia y San José. La tercera sección analiza las relaciones entre el desarrollo de condominios y la segregación residencial. En la cuarta sección se esbozan algunas conclusiones derivadas del estudio.

  2. CONDOMINIOS HORIZONTALES: UNA FORMA DE URBANIZACIÓN PARA SECTORES De ALTOs INGREsos

    Antecedentes latinoamericanos del desarrollo de barrios cerrados

    La forma de construcción de las ciudades latinoamericanas incluye dos dinámicas paralelas y, en muchos casos, espacialmente diferenciadas que contribuyen a explicar los patrones de segregación residencial: un desarrollo formal, con infraestructura apropiada y régimen de tenencia de la tierra claro (donde el propietario ocupa su terreno o lo alquila legítimamente a sus dueños) y una gran área de ocupación irregular con dinámicas propias, al margen de la acción regulatoria estatal y en la cual se asientan, en general, los sectores de menos ingresos.

    La región metropolitana de San José tuvo un proceso de formación parcialmente diferente, mucho menos dual. Entre 1985 y 1993, ocurrieron grandes invasiones de tierra, consecuencia del desbordamiento en los sistemas tradicionales de provisión de vivienda social. La formalización de estas tomas de tierra tuvo el efecto de concentrar a la población de bajos ingresos (Alpízar, 1994; Pujol et al., 2009). Sin embargo, estas dinámicas correspondieron a una relativamente pequeña parte del proceso normal de crecimiento de la región. En su conjunto, la región metropolitana de San José es producto de la expansión de muchos núcleos rurales y de cuatro ciudades principales hacia sus periferias rurales, cuyo resultado fue una conurbación parcial, límitada por factores físicos como cañones de ríos y montañas (Pujol, 2005). El patrón de propiedad rural que precedió a la urbanización incluyó muchos campesinos pobres pero dueños de su propia tierra, lo cual facilitó el acceso al suelo para sus hijos (el proceso de fragmentación de la propiedad, consecuencia de herencias sucesivas, es un hecho histórico analizado en Hall, 1978). Esto ocurrió en un contexto nacional en que los niveles de desigualdad han sido históricamente bajos, comparados con América Latina

    Dentro de la lógica de ciudades formales, se inserta cada vez más la figura del barrio cerrado. Los barrios cerrados son "áreas cerradas con accesos restringidos en los cuales los espacios normalmente públicos han sido privatizados" (Blakely y Snyder, 1997). Corresponden a una forma de urbanización claramente distinta del desarrollo tradicional, donde se privatiza la infraestructura pública por razones sociales: se reducen así las interacciones sociales entre los habitantes del barrio cerrado y su entorno. Blakely y Snyder (1997) identificaron tres grupos que buscan este tipo de desarrollos por razones muy específicas: pensionados u hogares que adquieren una segunda vivienda con fines recreacionales, búsqueda de estatus social y prestigio por parte de los estratos de ingresos más altos y seguridad como reacción ante delincuencia existente o percibida.

    En Costa Rica, la figura de condominio ha sido empleada sistemáticamente para la creación de barrios cerrados. La legislación nacional permite que la infraestructura normalmente pública (calles, áreas recreativas, etc.) sea considerada propiedad común de los condóminos. Tampoco existen límites al tamaño de estos desarrollos, aunque pueden ser afectados por las regulaciones municipales. Sin embargo, y en ausencia casi total de regulaciones, se han convertido en una forma conveniente para desarrollar barrios cerrados.

    Medición de conglomerados y patrones de dependencia espacial

    Se han utilizado técnicas de identificación de conglomerados espaciales para encontrar las áreas que concentran el desarrollo de condominios en San José y Heredia--y como paso previo, para determinar si estas concentraciones existen y si son estadísticamente significativas, i.e. representaciones de un proceso espacial subyacente, o meramente aleatorias.

    El análisis de conglomerados consiste en la agrupación de observaciones--en el caso de este análisis, unidades geográficas--que son similares en algún sentido: a saber, que tengan cantidades similares de condominios y que estén adyacentes (o muy cercanas) entre sí. El análisis de conglomerados permite (a) identificar si existen concentraciones (en el sentido geográfico) estadísticamente significativas y (b) delimitar estas concentraciones en el espacio, identificando las unidades espaciales que pertenecen a cada una de ellas.

    La identificación de conglomerados se realizó mediante la exploración de la autocorrelación espacial de la cantidad de condominios entre distritos. La autocorrelación espacial supone que las observaciones de una misma variable en unidades geográficas adyacentes o cercanas entre sí, están relacionadas. La medida tradicional de autocorrelación espacial (o más generalmente de dependencia espacial) es la I de Moran (Moran, 1950). La I de Moran se define según la ecuación [1]:

    I = [suma de (i)]([x.sub.i][suma de (j)][W.sub.ij] x [x.sub.j]/[([suma de (i)][suma de (j)][W.sub.ij]) x ([suma de (i) [x.sup.2.sub.i]/n)] [1]

    donde i: unidad geográfica (distritos); [x.sub.i] valor de variable que se evalúa (cantidad de fincas o área en condominios) expresado como desviación con respecto a la media, y [W.sub.ij]: factor de ponderación que relaciona unidad i con cada una de las otras unidades, j.

    Los factores de ponderación [W.sub.ij] pueden ser organizados en una matriz, cuadrada de NxN dimensiones, llamada de pesos espaciales, donde existen N unidades i. Esta matriz viene a resumir la relación espacial que se supone existe entre una unidad i y su vecindad (i.e. todas las otras unidades cuyo valor de [x.sub.j] influye sobre el valor de [x.sub.i], i [desigual a] j). El valor de [W.sub.ij] puede estar definido por la distancia entre dos puntos, bajo la suposición de que cuanto mayor la distancia, menor la influencia del valor [x.sub.j] sobre [x.sub.i]; de ahí que típicamente se suponga [W.sub.ij] como el inverso de la distancia o, más complejamente, estructuras gaussianas cuyo valor decae conforme aumenta [d.sub.ij] (vea ecuación [9]). Cuando las unidades geográficas son poligonales, se pueden especificar relaciones de contigüidad: la vecindad de la unidad i queda definida por todas las unidades que comparten un segmento de su frontera con i (si la contigüidad es de primer orden), por las unidades k adyacentes--que comparten un segmento de frontera--a las unidades j (que son a su vez adyacentes a i) y las unidades j cuando la contigüidad es de segundo orden, y así sucesivamente. En la matriz de pesos, se especifica [W.sub.ij] = 1 si el elemento j forma parte de la vecindad de i, y 0 en caso contrario.

    La interpretación del Índice de Morán es análoga a un coeficiente de correlación convencional: su numerador se interpreta como la covarianza entre unidades espaciales contiguas y su valor oscila entre menos -1...

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