Una silla condenada a arder

Si Paulo Cesar Wanchope fracasa en la UNCAF no es para lincharlo. No se le podría reprochar por el fracaso. Pero a él lo ajusticiarán sus palabras, las de otros miembros del cuerpo técnico, jugadores seleccionados en el Mundial y dirigentes de la FEDEFUTBOL.En un torneo tan corto, no es raro que una selección como la panameña nos haya bajado los humos mundialistas. Y si vamos a la final, gracias a la manita de un árbitro y a la manota de Pemberton, cualquier rival nos puede pintar la cara. Incluso ganándola, nos quedará un sinsabor por no demostrar el nivel que creíamos tener.Pero, insisto, a ese fiasco no podríamos ponerle el rostro de Wanchope, porque el futbol no vive de milagros y nadie hace de la noche a la mañana un equipo ganador.¿ Cómo explicar, a partir de este desempeño que está teniendo la Sele, todo lo que dijeron en la polémica con Jorge Luis Pinto, el hombre que nos dirigió en el Mundial?En su afán por restarle afectos y desmitificar la hazaña de la que fue capaz, mencionaron muchas cosas en su contra. La principal, dicha por Luis Gabelo Conejo, fue que el aporte del cafetero apenas llegaba al 10% y que el resto era obra de los jugadores y demás involucrados en la delegación tica.¿Cómo explicar ahora que con una base mundialista el octavo lugar de Brasil 2014 apenas esté de milagro con posibilidad de ir a la final de un torneo mediocre, orando para que Nicaragua no sea goleada por Panamá?¿ Que se hizo la calidad de Campbell, Celso, Ureña, Duarte, Acosta, Myrie y Cubero, todos con destacada actuación en el Mundial?¿ A qué se debe que el comportamiento defensivo de la Sele sea totalmente opuesto al de aquel equipo equilibrado, impasable, mecánico en...

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