Tica diseña nanopartícula para atacar bacteria de hospitales

Una partícula que solo es visible bajo un microscopio electrónico podría ser la esperanza para debilitar una peligrosa bacteria que habita en los hospitales y ha resultado ser muy resistente a los antibióticos.

La laboratorista química Marilyn Porras trabajó en el diseño de una nanopartícula capaz de liberar un antibiótico para combatir los efectos de la bacteria llamada Pseudomonas aeruginosa AG1. Este microorganismo está asociado a infecciones en ojos, oídos, piel y tejidos blandos, especialmente en personas que han sufrido graves quemaduras.

También es responsable de infecciones urinarias y respiratorias, particularmente en pacientes con fibrosis quística y con respiración artificial.

Porras es estudiante de posgrado de laFacultadde Microbiología de la Universidad de Costa Rica (UCR) e investigadora asociada delLaboratorioNacional de Nanotecnología (Lanotec), del Centro Nacional de Alta Tecnología (Cenat-Conare), en Pavas. En estos momentos, el diseño de su nanopartícula está en proceso de obtener patente.

¿Cómo lo logró? El proyecto consistía en diseñar en el laboratorio unas partículas esféricas que miden 50 nanómetros de diámetro. Un nanómetro es la medida resultante de dividir un metro en mil millones de partes.

'Si comparamos a la Tierra con una pelota de tenis, la nanotecnología sería la disciplina que estudia a escala esa pelota', explicó José Roberto Vega, director del Lanotec.

Según Porras, la materia prima para fabricar estas nanopartículas es el quitosano, un componente derivado de la quitina que, a su vez, es un compuesto químico muy abundante en la naturaleza. Tanto el quitosano como la quitina son polímeros; es decir, grandes moléculas formadas por unidades estructurales más pequeñas que se repiten.

'Después de la celulosa, la quitina es el polímero más abundante en la naturaleza. Está presente en el exoesqueleto (coraza) de insectos y crustáceos como camarones, langostas y cangrejos. Tiene propiedades bacteriostáticas y fungistáticas, lo que significa que les impide a microorganismos como bacterias y hongos, crecer, reproducirse y provocar infecciones. También se utiliza para la cicatrización de heridas', declaró la científica.

Porras detalló que a la molécula del quitosano -que tiene una carga positiva- se le agrega un átomo con carga negativa y el resultado es la formación de esferas de dimensiones nanométricas.

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