Un vendedor de papalotes al que conquistó la labor policial

El primer negocio de su vida fue vender papalotes. Los construía usando varillas de bambú, hilo y papel seda. Junto con un grupo de amigos, los vendía y lograba jugosas ganancias. La clave estaba en fabricar bien los 'frenos' (hilos de amarre) porque, 'si quedan mal, el papalote se da vuelta o no vuela', asegura ahora.De eso hace unas cuatro décadas, cuando Francisco Segura Montero estaba apenas por entrar al colegio y se criaba en un barrio de Guadalupe, en San José.Al tiempo buscó otros oficios. Colocó marbetes en botellas de licor, confeccionó directorios telefónicos, trabajó como mensajero (de los de 'a pie') y cogió café, pero no le gustó y se inscribió como voluntario en la Cruz Roja, donde salvó al menos una vida.'Trabajé muchos años allí y atendí muchas emergencias. Incluso tuvimos que darle RCP (reanimación cardiopulmonar) a un señor mayor y lo revivimos. No sé si después murió, pero llegó vivo al hospital', recuerda.Después, buscando un empleo, pensó en hacerse policía. También pensó en trabajar en la Junta de Protección Social, pero allí le ofrecían ¢1.000 menos de salario.'Eran mil pesos, un montón de plata', señala el también abogado en un sillón del quinto piso del edificio del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), donde está la oficina del director.Dice que su interés tal vez haya nacido cuando veía programas de televisión, pero que no está muy seguro; el caso es que, saliendo de la secundaria, a finales de 1979, y con 18 años de edad, quiso entrar en la Policía y se lo comentó a su vecino de toda la vida, Gerardo Láscarez, quien era investigador y uno de los fundadores del OIJ.'Gerardo me dijo: 'Si usted quiere entrar a trabajar, entre a una Policía seria. Véngase para acá'', recuerda como si hubiese sucedido ayer y no hace 33 años.Llenó la solicitud, realizó pruebas y nueve meses más tarde (ya en 1980), ingresó en la Sección de Inspecciones Oculares del OIJ.Así lo explica Francisco Segura mientras permanece en el sillón entre numerosos instrumentos electrónicos. El 5 de...

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