1 de cada 3 adultos mayores subsiste sin tener pensión

'Con esta edad que tengo (74 años), ¡qué me van a dar una pensión! Me voy a morir sin tener una', exclama Carlos Luis Hidalgo Esquivel, quien habita en el Albergue de Rehabilitación al Alcohólico Adulto Mayor Indigente de Tirrases, en Curridabat.Si bien donde vive no le falta nada, 'una platita de más' no le caería mal, asegura. Le serviría para rememorar sus tiempos mozos como músico. 'De vez en cuando podría salir a pasear, ir a oír tríos o conjuntos? Diay, hacer cosas bonitas', prosigue.Como él, en Costa Rica, 186.895 adultos mayores viven sin una pensión. Se trata del 34,2% de la población total de ancianos del país, que asciende a las 545.097 personas, según la última Encuesta Nacional de Hogares del Instituto Costarricense de Estadística y Censos (INEC).Aunque porcentualmente la cantidad de adultos mayores sin un subsidio por jubilación se ha mantenido estable en los últimos nueve años, en números absolutos el incremento es notorio.En el 2010, cuando en el país había 356.165 ancianos, 131.245 de ellos (el 36,8%) no tenían pensión. Al 2018, la cifra se ha ensanchado a 55.650 ciudadanos de oro más sin esa ayuda estatal.El punto más alto se reportó en el 2011, cuando el INEC contabilizó un 37,3% de ancianos sin pensión.'Yo la solicité hace muchos años, como 15, pero honradamente, como uno tiene que estar muriéndose de hambre para que le den una pensión y yo no estoy así, pues no me la dieron', cuenta Luz Marina Ávila, una vecina del barrio San Cayetano, en San José.A sus 85 años, ella trabaja dando clases de corte y confección en la Asociación Gerontológica Costarricense (Ageco). Con la ayuda que le dan sus tres hijas, más ese ingreso, logra salir con los gastos.Sin embargo, reconoce que un dinero adicional le serviría para vivir 'más desahogada'.'Como no califico (para un subsidio de ese tipo), opté por trabajar, pero yo creo que una persona no tiene que estar viviendo debajo de un puente para que le den una pensión', manifiesta Ávila.El mismo criterio tiene Mariela Hernández Ramírez, vecina de Tirrases de Curridabat. Su madre, Miriam Ramírez Chavarría, de 65 años, está a la espera de un subsidio.'A mi mamá le serviría mucho una pensión. Ella tiene problemas auditivos y presión alta. El único ingreso fijo de la casa es la pensión de mi papá. Yo vivo aquí con ellos y con mis tres hijos, pero a uno tuve que sacarlo de estudiar, porque no contamos con ingreso para que fuera a clases', asegura Hernández.Zona norte en punto crítico. La...

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