Los $12.000 de Rojas

Jacques Sagot

jacqsagot@gmail.com

No hay ley que nos prohíba traicionar, odiar, guardar rencor, envidiar. Tampoco hay ley que nos obligue a ayudar a un anciano a cruzar la calle. La ley tiene un límite 'hacia abajo' (no sanciona todo lo que debería sancionar), y uno 'hacia arriba' (no nos fuerza a hacer todo lo que deberíamos hacer). Alguien puede vivir bajo la égida de la ley y ser, sin embargo, un perfecto granuja. Un 'rufián legalista'. Como ciudadano, irreprochable; como persona, un miserable.

Legalidad no equivale a ética, a moral. A fin de formalizar la justicia, la ley la codifica, la protocoliza. Nuestra sociedad está llena de prácticas que, siendo legales, son absolutamente nauseabundas, y de conductas que, siendo ilegales, son perfectamente blancas. El 'rufián legalista' es un fariseo. Costa Rica se ha llenado de 'rufianes legalistas', y de mártires que jamás han lesionado a sus semejantes y, sin embargo, son acosados sañudamente por perversos torquemadas.

Asumo que los $12.000 mensuales de Rojas están contemplados y bendecidos por la ley. Ese no es el punto. Existe algo que se llama elegancia, aristocracia, señorío, magnanimidad, hidalguía, sacrificio, clase. La ley no castiga las faltas a esta axiología que muchos considerarán obsoleta. Pero no por ello dejan de ser faltas. Si no están señaladas por la ley explícita, lo están en ese código...

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