3.000 ticos son atendidos al año por infartos cerebrales

Es uno de los males cardiovasculares más graves, pero las personas suelen darle poca atención. Los infartos cerebrales, también llamados derrames o accidentes cerebrovasculares (ACV), constituyen un gran reto para los médicos en Costa Rica pues producen unas 2.943 hospitalizaciones por año.

Es decir, unas ocho personas al día son internadas por esta causa y 1.254 mueren anualmente, informaron ayer especialistas de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).

Esta es así la quinta causa de muerte a nivel nacional y la cuarta en mayores de 65 años.

Estos eventos no tienen un tratamiento sencillo; la estancia hospitalaria ronda los 6,33 días promedio y, por año, se dan cerca de 18.000 atenciones médicas, a lo que se debe sumar las posibles secuelas: parálisis de alguna de las extremidades, retardo mental y hasta la imposibilidad para realizar funciones básicas, entre otras.

Riesgos. Los hipertensos son el grupo de mayor riesgo. El 86% de los infartos cerebrales ocurre en pacientes con problemas de presión arterial.

Pero, ¿cómo se dan los derrames? Miguel Barboza, neurólogo del Hospital Calderón Guardia, explicó que hay dos tipos de infartos cerebrales: los isquémicos y los hemorrágicos.

Los primeros suceden cuando se tapa una arteria y esto impide el paso normal de la sangre hacia las neuronas, ya sea por la formación de un coágulo de sangre, o porque se 'arrastra' un coágulo desde el corazón u otra parte del cuerpo y, al llegar a las arterias cerebrales, al ser más pequeñas, el paso de la sangre se dificulta o se corta.

En el caso del hemorrágico, una de las arterias del cerebro estalla y provoca una hemorragia interna en el cerebro.

'El cerebro es muy frágil. Si ya no les llega sangre a las neuronas, estas no tienen la capacidad de regeneración que tienen otras células del cuerpo. Las neuronas mueren, y en el cerebro queda una cicatriz. El impacto es muy grande: por cada segundo de oclusión (bloqueo del paso de sangre) mueren 32 millones de neuronas', dijo Barboza.

Por esta razón, afirmó el especialista, se debe actuar rápido, porque, cuanto más tiempo pase, más consecuencias habrá.

Las secuelas de un evento cerebrovascular varían según la zona donde ocurra (algunas áreas cerebrales controlan la movilidad, otras la memoria, otras el lenguaje), el tamaño del infarto y la edad del paciente, pero siempre, cuanto más pronto se actúe, mejores resultados se tendrán.

Camaleón. Para crear conciencia sobre este tipo de eventos y prevenirlos, la...

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