Después del dólar

José AntonioOcampoN ueva York. Resulta simbólico que la cumbre de los Brics en Fortaleza, Brasil, haya tenido lugar exactamente siete décadas después de la Conferencia de Bretton Woods, que creó al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial. El resultado final del encuentro de los Brics fue el anuncio del Nuevo Banco de Desarrollo, que movilizará recursos para proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible, y un Acuerdo de Reservas para Contingencias, para brindar liquidez mediante swaps de monedas.La Conferencia de Bretton Woods marcó uno de los mayores ejemplos en la historia de cooperación económica internacional; aunque nadie aún puede decir si las iniciativas de los Brics tendrán éxito, representan un importante desafío a las instituciones de Bretton Woods, que debieran reaccionar. Repensar el rol del dólar estadounidense en el sistema monetario internacional es un buen ejemplo.Una de las características clave del sistema de Bretton Woods era que los países vincularían sus tipos de cambio al dólar estadounidense. Si bien el sistema en realidad fue eliminado en 1971, el rol central del dólar estadounidense en el sistema monetario internacional se mantuvo intacto, una situación que muchos países cada vez están menos dispuestos a aceptar.La insatisfacción con la función del dólar como moneda de reserva mundial dominante no es novedad: en la década de 1960, el ministro francés de finanzas, Valéry Giscard d'Estaing, condenó, con una famosa frase, el 'exorbitante privilegio' que la situación del dólar otorgaba a Estados Unidos.No se trata simplemente de una cuestión de justicia. Según el economista belga Robert Triffin, un sistema monetario internacional basado en una moneda nacional es inherentemente inestable debido a las tensiones resultantes entre los intereses inevitablemente divergentes del país emisor y del sistema internacional en su conjunto.Triffin advirtió sobre esto hace más de 50 años, pero su postura ganó adeptos recientemente debido a que, con el ascenso de China, el mundo está cada vez menos inclinado a tolerar la inestabilidad que causa un sistema denominado en dólares. La solución, sin embargo, no reside en reemplazar al dólar con el yuan, sino en fortalecer el rol de la única moneda verdaderamente mundial: los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI.Después de la creación de los DEG en 1969, los miembros del FMI se comprometieron a convertirlos en 'el principal activo de reserva del sistema monetario internacional'...

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