'Debo seguir en el taxi o pierdo la casa'

'Antes tenía buen ingreso y hasta podía llevar a mis hijas a pasear. No le debía absolutamente a nadie. Ahora sí. Trabajaba unas nueve horas diarias y sacaba ¢42.000. Hasta me daba libre el domingo. Ya no'.Así explica María de los Angeles González Sanabria cómo son sus jornadas detrás del volante de su taxi que ya no le da para vivir.Dice ser concesionaria y conductora del servicio desde hace 12 años. Además, es la jefa de un hogar que integran sus dos hijas, una de 15, y otra mayor de edad que ya tiene un hijo de tres años. El único ingreso de la casa viene de su trabajo en el taxi. Esta abuela tiene 51 años y es viuda.'Salgo a las 5 a. m. y paro a las 10 p. m.; saco de ¢30.000 a ¢32.000 y a veces ni eso. De eso tomo ¢10.000 del combustible y lo que me queda no me da. Saco de un lado para tapar un hueco pero se me hace otro. Hace poco hipotequé la casa y con ese dinero pagué algunas deudas pequeñas', detalló.Tiempo atrás, recuerda, podía irse con sus muchachas a comprar de golpe los víveres de todo un mes.Ahora...

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