¿Cómo aborda los conflictos?

Cuando escuchamos la palabra conflicto, rara vez se relaciona con algo positivo. Sin embargo, si el manejo es el adecuado, este tipo de situaciones pueden ser una fuente de nuevas formas de pensar y trabajar.El conflicto tiene su origen en nuestras creencias y juicios de valor. Una creencia es un conjunto de ideas que consideramos verdaderas -no necesariamente de naturaleza racional- y que expresan una visión positiva o negativa acerca de algo o alguien. Las creencias actúan como filtros mediante los cuales entendemos lo que nos rodea. A partir de ellas, entonces, hacemos juicios; es decir, creemos algo desde nuestro punto de vista personal, el cual, a su vez, está influenciado por nuestros valores.Hasta ahí todo parece muy claro. La complejidad surge cuando tratamos nuestros juicios y creencias como hechos y verdades para todos, y adoptamos posturas inflexibles, sin tomar en cuenta que cada quien tiene su propio conjunto de creencias y juicios.Así, el conflicto se desarrolla cuando hay desacuerdo acerca de la forma de actuar o proceder ante algo y se llega a una conclusión que no es satisfactoria para quienes están involucrados. Si bien es cierto que es muy difícil que todos concuerden -especialmente en una empresa-, esto no quiere decir que debamos evadir el conflicto.¿Qué pasa cuándo evitamos el conflicto?Al evitar un conflicto, nos privamos de la oportunidad de generar discusiones enriquecedoras y escuchar...

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