¡Adelante, campeón!

Jacques Sagot

jacqsagot@gmail.com

No son ya once rivales haciendo todo lo imaginable por detener su cabalgata hacia el marco. Ojalá tal fuese el caso. Ahora es un enjambre de células insurrectas que han decidido multiplicarse desordenadamente en sus pulmones. El pasado 22 de octubre, Cruyff reveló al mundo que padecía de cáncer. ¡Esos tres paquetes diarios, fumados durante medio siglo, aun en los intermedios de los partidos, fueron, mi querido Johan, un autogol fatídico: la peor jugada de tu vida! Pero el coloso, desde sus 68 años, declara: 'tengo la sensación de irle ganando al cáncer por 2-0, y sé que voy a terminar derrotándolo'. ¡Bien rugido, león!

Quienes mencionan hoy en día a Cruyff, evocan al técnico que hizo ganar alBarçala Liga de 1991 a 1994, y lo guió a su primera Copa de Europa. No es lo que visualizamos aquellos que lo vimos jugar. Cruyff es uno de los pocos deportistas a los que se les puede llamar genios, usando el término en su plenitud semántica.

No era un jugador: era un tsunami futbolístico. Se comía la cancha con su zancada de gacela: en un momento dado estaba asistiendo a su propia defensa con la marcación, y en el siguiente estaba adelante, desbordando por las puntas o marcando un gol. Era un jugador-orquesta: tocaba todos los instrumentos y además saltaba al podio, batuta en mano. Fue el primer futbolista...

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