El Puntarenas-Alajuelense se jugó con ardor y nervios crispados

Puntarenas. Suele suceder. De pronto, alguien se pone nervioso y contagia a los demás.Lo malo es que el personaje que arrancó ayer al borde de un ataque de nervios fue aquel que, por definición, tenía que ejercer su autoridad, moderar las actitudes y frenar los exabruptos.Cuando Rándall Poveda, árbitro del partido entreAlajuelenseyPuntarenas,increpó y 'tarjeteó' a Porfirio López 'por perder tiempo' a los seis minutos de juego, intuimos que si había un candidato al diván, ese era el juez.Con un inusitado nerviosismo que derivó en tarjetas tempraneras y discusiones frecuentes, Poveda se vistió de protagonista, el pecado capital de un árbitro.Sin embargo, hay que decir que otras apreciaciones del referí se dieron al pie del reglamento, como el penal que cometió Elías Palma (8') y la expulsión correcta de Johan Venegas (51').Al minuto 38, la confusión arbitral se extendió al asistente Josué Mejía. Este avaló primero y rectificó después el criterio sobre una jugada en la que Jerry Palacios había llegado a la red. Los jueces creían que el anotador había sido Vieira. Pero alguien les sopló que era Palacios, fuera de lugar. Entonces rectificaron.A todo tren. Si el mal arbitraje no echó a perder del todo el espectáculo en el 'coquetón' Lito Pérez, ello se debió a que tanto areneros como rojinegros se entregaron al máximo. Nadie se guardó nada.Lo que faltó de precisión en el toque y en el sentido del ajedrez, abundó en ese efecto dominó del pulmón inagotable que desafía al agotamiento y que activa en las otras piezas la vocación de lucha y el tú a tú por cada gajo de la pelota.Puntarenas fue más en la apertura. No solo anotó primero; también encendió reiteradamente la alarma en las cercanías de Patrick Pemberton, cada vez que Yashin Bosques, Daniel Quirós y Daniel Colindres ligaban y amenazaban.La respuesta alajuelense se manifestó en el segundo lapso, sobre todo a partir del ingreso de Cristian Oviedo y de Alejandro Aguilar.Con su vasta experiencia, con el perfil de un avezado capitán -aunque el brazalete lo tenía Valle-, Oviedo asumió el liderazgo en el...

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