Para mi amigo, que lucha

Jacques Sagot

jacqsagot@gmail.com

Al ganar la Liga de Campeones de Europa, el 28 de mayo de 2011, Carlos Puyol, bastión defensivo del Barcelona durante 20 años y capitán por antonomasia de su cuadro, cedió la capitanía a su colega francés Éric Abidal, para que este pudiese alzar la copa. Abidal venía de superar, en tiempo récord, un tumor cancerígeno en el hígado, con la peor prognosis concebible. Logró jugar los noventa minutos del partido, y Puyol le cedió el brazalete de capitán para que pudiese experimentar el gozo de un triunfo que era, a un tiempo, deportivo y vital.

Hace falta algo más que jugar bien para desempeñar esa función, honrosa entre todas, que es la capitanía de un equipo. Ahí está Puyol para demostrarlo. Abidal solo estuvo fuera de las canchas durante 402 días. Volvió al terreno de juego para ganarlo todo: campeonato europeo, campeonato de liga español, Copa del Rey? Indoblegable espíritu, una fuerza de voluntad capaz de 'tomar al destino y torcerle el pescuezo' (Beethoven). Cuando su enfermedad fue diagnosticada, los médicos cometieron el error de robarle la esperanza: según ellos, no viviría más de tres meses. Pero he aquí que un año más tarde era triple campeón, y gozaba de una salud que se hubiera deseado Hércules para el más épico de sus días.

No libró su batalla solo. Una vez más, el Barcelona actuó como un...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR