El amor por  un club es  algo invaluable

De todos los cambios que durante ocho años he visto en el Herediano, el que se dio el pasado 4 de mayo, con el despido de Roberth Arias, es el que no me logro explicar.¿Cómo es posible que este equipo despida a un futbolista que apenas hace semanas había renovado, y que, además, era el que portaba la banda de capitán?Sin ser Arias un jugador muy dotado técnicamente, doy fe de que por muchas temporadas es el que dejó la sangre en la cancha.Al deshacerse de Arias, los florenses no solo dejaron muy mala imagen, sino que 'botaron' a uno de los pocos que podía jactarse de tener los huesos rojiamarillos.En las buenas y en las malas, con huelgas por falta de salario, y, aún más, después de verse derrotado en dolorosas finales, Arias siempre defendió la causa.No soy admirador del excapitán florense, pero no necesito serlo para entender que en el Herediano actual no lo valoraron.Tal vez si este futbolista presentara un mal rendimiento, o fuera reincidente en malos comportamientos, pues merecía ser despedido, mas no fue así.Tengo ocho temporadas de visitar el estadio Rosabal Cordero, y nunca he escuchado que Roberth Arias tenga problemas de licor.Es por ello que lo externado por Cristian González, gerente florense, quien involucró al jugador en una fiesta con licor, sigue sin responder mis interrogantes.Factor Sotela. Dentro de todas las...

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