Anualidades van a cirugía plástica

El Poder Ejecutivo y la Asamblea Legislativa someten las anualidades a cirugía plástica mediante dos proyectos de ley paralelos.

El Gobierno pretende devolverlas a su estado original de estímulo y barrer con la impresión que tienen los empleados públicos -fundamentada en años de experiencia- de que ese aumento anual es su 'derecho adquirido', sin importar si hacen bien o mal su trabajo.

En un nuevo proyecto de ley presentado por el Ministerio de Planificación (Mideplan), en conjunto con otras carteras, el Ejecutivo optó por eliminar el sugerente nombre de 'anualidad' y llamarle con uno más explícito: 'incentivos al buen desempeño de los servidores públicos'.

Para ello, le pondrá un techo al premio de un 2,54% sobre el salario base para todos los empleados de todas las instituciones del Estado, algunas de las cuales desembolsan entre un 5% y un 10% adicional por empleado por año y agregan otro porcentaje cuando cumplen quinquenios.

El porcentaje sale del máximo establecido por ley para las instituciones que están bajo el amparo del Servicio Civil (Gobierno Central). También aumentará a 'muy bueno' la calificación mínima de desempeño para ser acreedor del incentivo anual.

Un cambio que los especialistas en economía y en derecho laboral ven con buenos ojos, pero al que consideran insuficiente si se trata de lograr eficiencia en el sector público.

El tope a las anualidades y el aumento de la calificación también figuran en un proyecto presentado por la diputada Sandra Piszk, que tiene como objetivo ordenar las remuneraciones.

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Un estímulo inexistente

Las anualidades son el estímulo que dejó de serlo.

La persona que 'anda tomando café' cuando usted llega a una oficina del Estado a hacer un trámite rápido, probablemente, es acreedora de un aumento de salario anual. Y lo considera su derecho adquirido por antigüedad.

Tienen un fundamento histórico para creerlo: un 99% de los empleados públicos del Gobierno Central lo recibieron entre el 2007 y el 2012, pues su desempeño fue calificado como 'bueno'.

Si es empleado de una universidad del Estado, ese aumento será de entre un 4% y un 6%. Si lo hace en la Asamblea Legislativa, su estímulo corresponderá a entre un 3,5% y un 4,65%.

Ese aumento es un motivo de crítica frecuente por el gasto que representa para el Estado y las desigualdades que genera.

'La anualidad tiene sentido si está ligada a un plan de desempeño. No...

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