El Apuntador: Barbero de diputados, magistrados y presidentes

Con aceite prepara sus utensilios, afila tijeras y limpia las cuchillas de sus máquinas de afeitar. Tiene tres sillones de barbería vieja: el que menos, cincuentón, donde se ha sentado, literalmente, el poder.Bien podría limitarse a rasurar, a cortar el cabello, a acicalar. Pero sus clientes no le permiten que pase inadvertida la situación política del país.Tras la ventana de su barbería, Dinastía, heredada de su padre, atestigua el descontento ciudadano, pero también escucha las tristezas de los políticos.Así es Alexander González, buen ciudadano, que paga sus impuestos, pero tiene tres elecciones de no votar.¿Por qué hablar de Alexander, barbero? Porque Alexander, el barbero de Aranjuez, sabe que la gente está resfriada, apática, quitada de sus clientes.'Sé que mi voto no ha servido para que legislen en contra mía', disparó. Los diputados, insiste el pela-políticos, son empleados del pueblo, pero, a diferencia de los asalariados comunes, nadie los puede quitar.Por la silla y la técnica de González pasó ayer un presidente legislativo, también ha pasado otro, Francisco Antonio Pacheco, y un expresidente de la Sala Penal, José Manuel Arroyo, y el diputado Antonio Calderón, y el expresidente José María Figueres, y por las manos de su antecesor...

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