Arquitecto español Xavier Fabré: 'Es un milagro que esté vivo (el Teatro Nacional)'

La noble causa de acercar el arte y la cultura a los costarricenses consumió todo el esfuerzo invertido en el Teatro Nacional de Costa Rica durante 120 años de operaciones y, hoy, es evidente que el edificio, si se trata de proveer un ambiente seguro a sus visitantes, no reúne estas condiciones.

Urge un remozamiento total, que incluye un nuevo sistema eléctrico, un seguro contra incendios, una nueva concha acústica para el escenario y una nueva tramoya (estructura de madera de la cual se sostienen los dispositivos para crear efectos escénicos).

En el marco de toda esta discusión, el Teatro celebró, la semana pasada, un coloquio en el que expertos extranjeros en conservación de edificios patrimoniales compartieron su experiencia y recomendaron cómo proceder con el inmueble.

El español Xavier Fabré Carreras fue uno de ellos. Este arquitecto ha destacado por la reconstrucción y ampliación del Gran Teatre del Liceu de Barcelona (1999).

El Teatro Nacional es una de las estructuras más queridas de los costarricenses, aun sin ser nuestro país una meca cultural. ¿A qué lo atribuye?

Estoy sorprendido. Se llama Teatro Nacional de Costa Rica, pero es muchas cosas más.

En el caso del Teatro Nacional de Costa Rica, ¿cómo se refleja esa expresión de que 'la arquitectura está más hecha de las personas que la usan que de las piedras'?

No se pueden homologar las intervenciones de los edificios, ni pensar que todos los teatros necesitan determinadas cosas. Depende de las temporadas que esté haciendo, del entorno en el que está ubicado, de si existe una red de teatros...

'¿Qué sentido tiene la homologación de un escenario o la tecnificación de toda una tramoya si resulta que los eventos teatrales no funcionan en red y son siempre eventos extraordinarios? Entonces, cosas que, para nosotros, vistas desde Europa, a nivel de teatros de ópera son muy importantes, pues en este teatro no tiene sentido plantearlas, es otra cosa.

'Yo encuentro muy acertada la línea que se está tomando de reparación, de actualización, de toma en consideración, porque el edificio hay que intervenirlo. A veces, se peca de pensamiento, de palabra, de obra, pero, sobre todo, de omisión. Y aquí estamos al borde del pecado de omisión. Hay que actuar'.

¿Por qué considera que el Teatro Nacional está 'al borde' del...

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