Arraigo por Santa Ana les impide salir del sitio

'Mi corazón está aquí, en esta tierra que me vio nacer. Aquí me crié y aquí tengo que morir. Yo más bien le pido a Dios vivir más años con salud ', dijo doña Etelvina.En sus palabras, muestra el arraigo que siente por su natal Santa Ana, la fuerza para vivir y ver hecho realidad su sueño de 'una casita' en ese cantón.Junto a su hijo Olman, dicen que no saldrán del puente y, aunque no precisan el año, recuerdan que una vez el Gobierno les ofreció vivienda en San Carlos, pero ellos la rechazaron.'Puede que la gente no me entienda y yo sé que a caballo regalado no se le busca diente, pero es que yo no puedo ir contra la voluntad de mamá. Yo quiero que ella sea feliz y ella no quiere salir de este pueblo', aseguró Jiménez.Desde una silla de plástico y con un pulso tembloroso que amarran las arrugas de sus manos, doña Etelvina cuenta los motivos que la mantienen atada al puente, ubicado 800 metros antes del peaje de Ciudad Colón:'Imagínese, ¿dónde voy a encontrar yo a las muchachas del Ebais que me tratan tan bien? Perderíamos a toda la gente que conocemos, también el clima... todo se perdería'.Sin cifras. En Costa Rica, se ignora cuántas familias habitan debajo de un puente. Sin embargo, la...

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