El arrojo, una promesa, una oración y el beso a un collar

Luego del pitazo de Ricardo Montero, todo quedó listo para la ruleta rusa de los penales.

Los morados se reunieron rápidamente para definir el orden de los pateadores, pero en ese instante estaban por tomarse decisiones que quizás cambiaron la historia.

Vladimir Quesada y Víctor Cordero giraron directrices. En ese momento, el portero Kevin Briceño se sentó en el banco de suplentes a la par de Róger Mora. Ambos repasaban lo que habían visto durante la semana: los posibles lanzadores del Team .

El orden inicial del Saprissa era este: David Ramírez abriría la tanda, Daniel Colindres cobraría el segundo, luego irían Johan Venegas y Michael Barrantes, mientras que lo del posible quinto penalero lo definirían después.

En la breve reunión entre los jugadores, David quiere cambiar. No está seguro. Ahí es cuando aparece Venegas, toma la palabra y solicita ser el primero. Sí, Venegas, ese al que la afición ovacionó al entrar de cambio; por cierto, algo inédito para él en la Cueva.

Cuando Venegas pide ser el primer cobrador, ya están sobre tiempo y deben empezar los lanzamientos.

Johan colocó la pelota en el manchón blanco. Dio cinco pasos atrás y tiró de pierna derecha. El resultado: engañó a Leo.

Posteriormente se fue a celebrar con Briceño, precedido de un grito de '¡vamos!' como para sentirse liberado de la presión.

'Yo les dije que me dieran la posibilidad de abrir, que era el que le daba la confianza al grupo', confiesa el jugador.

Mi técnica. El segundo morado en estar frente 'al pelotón de fusilamiento' fue Colindres. Su cobro fue sobrio: no tomó mucha distancia, un paso nada más lo separaba de la pelota. Un estilo como de fútsal.

'Es una técnica muy criticada, pero es la mía, gracias a Dios entró, hay veces que no entra. A Leo lo conozco bastante y estaba esa incertidumbre', comentaría el capitán morado.

Era el turno para el que estaba inseguro de ser el primero: Ramírez. El jugador caminó lento hasta llegar al balón, cruzó unas palabras con el árbitro Ricardo Montero, respiró profundo y remató al centro....

En ese mismo instante, a escasos metros del campo, los jugadores del Team que no entraron en convocatoria, estaban viendo los cobros en los televisores que se encuentran bajo la gradería sur. Se escuchó el grito de 'lo para, lo para'.

El atacante se dio vuelta y tocó su cara como señal de liberación, mientras la desazón era evidente entre los funcionarios florenses, que veían la serie por las pantallas. Pero ojo, no había chance para...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR