Empresa ArteNraíz utiliza palma de pejibaye para hacer paneles de madera

El primer tronco de palma de pejibaye que utilizóArteNraizpara iniciar su fabricación de paneles tenía al menos 85 años de estar a la interperie y servía como puente sobre un pequeño caño.Pese a su antigüedad, dañó las hojas de la sierra del taller por su extrema dureza.Un ebanista veterano como José Herrera, dueño de ArteNraiz, supo que se enfrentaba a un tipo de madera diferente.Su hijo, Jeffrey Herrera, sugirió llevar algunas muestras al Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) para tener claro cuál era el reto.'No pudimos cortarla en el taller, dañamos las hojas de las sierras y no pudimos penetrarla', comentó Jefrrey.Debido a la rareza del material, la labor se extendió a la Universidad de Costa Rica (UCR), la Universidad Earth y el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie).Los resultados indicaron que se trata de la madera más dura de la que se tiene registro en el país, comparada con otras como jaúl, espavel, ciprés, cenízaro o caoba, utilizadas para muebles, pisos y demás estructuras en madera.Se ubica, de hecho, entre las maderas más duras del mundo, con base en los estándares de la Sociedad Estadounidense para Pruebas y Materiales (ASTM, por sus siglas en inglés).Mientras que la teca, por ejemplo, soporta un peso de 619 kg/cm3, el pejibaye aguanta 921 kg/cm3. En resistencia solo es superada en el país por el Guanacaste y el Cristóbal.Con estos números en mano, a partir de febrero de este año, padre e hijo iniciaron el negocio de fabricarparquetde fibra de palma de pejibaye.Elparquetes similar a un panel, pero tiene una elaboración manual pieza a pieza.Se forma con reglitas de madera, en este caso de pejibaye, que se pegan y forman cuadrados.Estos cuadros se unen, unos con las reglas en vertical y otras en horizontal, formando los paneles que pueden usarse en pisos o paredes.Teca y melina como trampolínLa idea de trabajar con la madera de pejibaye surgió de una necesidad del antiguo taller Muebles Herrera.Hace cuatro años, José Herrera enfermó por un tumor en la cervical y le fue imposible continuar con su labor.Su hijo, ingeniero informático que no trabajaba como ebanista, hizo números, solicitó ayuda y en conjunto decidieron hacer que el negocio evolucionara.'Mi papá quería vender, yo sabía que algo podíamos hacer. En ese momento no sabía qué, pero no quería que él perdiera su negocio', externó Jeffrey Herrera.Despidieron a siete empleados que tenían en ese momento y se quedaron solo con tres, migraron la imagen hacia...

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