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La frase más repetida por los técnicos es quizás una de las más engañosas. Termina siendo, en muchas ocasiones, una excusa para no alinear jóvenes y decantarse por la apuesta segura.

No tiene nada de malo. El técnico ya sabe lo que puede dar, y lo que ya no dio el veterano al que tanto insiste en alinear. El punto aquí es que sería más correcto decir simplemente la verdad: 'Prefiero a los hombres de experiencia'.

La trillada frase de 'no creo en viejos y jóvenes, sino en buenos y malos', termina siendo una confirmación de que no alineará a las promesas o lo hará muy poco.

Difícilmente uno escucha esta frase en Horacio Esquivel o Johnny Chaves, que alinean jóvenes por necesidad y al mismo tiempo porque reconocen que el recorrido físico y el margen de crecimiento de un juvenil puede darle un salto de calidad a su equipo en el mediano plazo, cuando se consoliden.

Esta frase terminó retrasando la curva de crecimiento en algunos procesos que pintaban prometedores. Por ejemplo, el constante cambio de técnicos en la Liga hizo que los jóvenes a los que Wílmer López les dio continuidad, hoy ni siquiera aparezcan de relevo.

De la nómina de Nicolás dos Santos desapareció Barlon Sequeira, quien cerró bien la campaña anterior. Darío Alfaro fue enviado a préstamo, pese a ser titular en gran parte del último torneo. Quizás la excepción en la Liga es Daniel Villegas, de buen desempeño en esta temporada. Habrá que ver si no se topa con la misma suerte de sus compañeros...

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