Aserriceños pasan hasta tres o cuatro días a secas

Juan Fernando Lara S.

Vivir en Aserrí es un martirio para rutinas como bañarse, cocinar o usar el inodoro. Allí, el agua se raciona, pero falta tanto que pasan tres o cuatro días sin que llegue a los tubos.

A nadie sorprende ya cómo se han multiplicado los tanques para agua sobre los techos de las casas. Quien vive en Aserrí sabe que, sin ese recurso, solo queda llamar al camión repartidor de agua, con el riesgo de que al llegar a su barrio, ya venga vacío.

Algunos optan por recoger agua llovida, en vez de usar la del acueducto (cuando hay), porque, afirman, viene sucia.

'Es terrible, ya no sabemos qué hacer. Toda mi familia se ha enfermado de diarrea y de alergias', se quejó Ana Marín Vargas, vecina de barrio San Luis.

Rodolfo Martínez Vargas, quien vive en el centro de Aserrí, afirma que nunca hay agua los fines de semana y, cuando llega entre semana, viene sucia y el suministro es de una hora.

'Aquí compramos el agua de beber y lavamos con la llovida, pero siempre nos cobran el servicio; imagínese', dijo Marcela Saborío, habitante del centro.

Río de problemas. David Alvarado, ingeniero encargado de gestión ambiental y del acueducto municipal, comentó que desde hace 15 años hay racionamientos, pero el problema se agravó.

Alvarado afirma que todo empezó en el 2010, cuando la tormenta tropical Tomás impactó al país, causando destrozos en los cauces de las montañas de Aserrí. Según el funcionario, esto redujo en un 25% el caudal de las tomas de agua.

Además, reconoció que la reciente falta de lluvias se mezcló con un repunte poblacional, en una zona donde la cantidad de tuberías es la misma hace...

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