El 8% de atendidos por violencia se autoagreden

'Me sentía culpable de todo, aunque no tuviera culpa de nada. Sentía que estorbaba; y, sí, me hice mucho daño, hasta el punto de querer matarme varias veces'.Las palabras de esta mujer de 57 años, vecina de Heredia, reflejan una situación que en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) ven con alguna frecuencia.Carmen (nombre ficticio) intentó quitarse la vida en cuatro ocasiones y se causó dolores físicos intencionales durante varios años.Un estudio realizado por la Unidad de Vigilancia Epidemiológica de la CCSS reveló que de 10.635 casos de violencia atendidos en los centros públicos de salud el año pasado, el 8% corresponden a violencia autoinfligida.Aquellas corresponden a historias similares a la de Carmen, en las que la víctima de la violencia también es su propio victimario.De acuerdo con ese estudio, el primero en su tipo que realiza la CCSS, en un año se registraron 812 casos, lo que representa una tasa de 17,2 por cada 100.000 habitantes.'Viene en aumento. Por mucho tiempo este tipo de lesiones no se reportaba, pero, si revisamos los últimos datos del 2011 y 2012, solo el 2% de las lesiones se declaraban como autoinfligidas.'Esto no solo quiere decir que va en aumento; también puede significar que ahora somos más propensos a admitir esta condición', manifestó Leandra Abarca, médica encargada de la investigación.Muchos de estos pacientes llegaban por intentos de suicidio, pero, en otros, la persona solo quería hacerse daño sin buscar la muerte. Carmen hizo ambas cosas.'Es como si uno sintiera que no vale nada, como un vacío, como que más bien nada hace aquí', recuerda esta madre de dos hijos.Carmen utilizó dos de los medios más comunes con los que los ticos se autoagreden: la sobredosis de fármacos (en su caso, pastillas para dormir) y las armas blancas para cortar sus venas. Además, ella se le arrojó a un bus e intentó causar una explosión en la cocina de su casa.'De una forma u otra, siempre había algo o alguien que me salvaba. Me acuerdo que cuando intenté tirarme contra un bus; un señor que no conozco me agarró de la ropa y me jaló', narró.Lo que más utilizó Carmen fueron las pastillas, método que el reporte de la CCSS califica como el más común para autolesionarse.El 33% de quienes se agredieron optaron por las sobredosis de medicamentos o drogas.Otro 18% ingirieron plaguicidas, 7% usaron armas blancas (punzocortantes) y 7% intentaron ahorcarse o estrangularse, según revela el estudio.'Aún necesitamos mejorar el reporte en los centros de...

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