Banco Central intenta fortalecer su credibilidad

Las proyecciones que lanzó el Banco Central de Costa Rica (BCCR) para el bienio 2018-2019 llegaron sin grandes sorpresas, mientras lo que sí estaba fuera del radar de los agentes económicos fue el acuerdo que tomó la entidad sobre el manejo de los precios.

El escenario de un alto déficit fiscal y de un reducido crecimiento económico, aunque amargo, era el previsto por el mercado.

La novedad fue la adopción de un esquema flexible de meta de inflación, el cual implica que el Central cuenta con la madurez y credibilidad suficientes para ajustar sus instrumentos de política monetaria en la dirección que considere, mientras la población confía en que cumplirá su meta.

El rango meta del Central queda intacto (se ubica entre 2% y 4%), coherente con el comportamiento de los principales socios comerciales del país, pero la autoridad monetaria declaró de forma explícita la adopción de un esquema de metas de inflación. Estaba en transición a este sistema desde 2005 y lo atendía sin antes haberlo formalizado.

Lo hace este año, de acuerdo con economistas, debido a la ausencia de presiones que compliquen atender ese objetivo inflacionario.

Mediante este esquema, el Central cuida otros indicadores, más allá de la inflación.

Bancos centrales del mundo aplican esquemas de este tipo. La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) cuida su inflación pero está pendiente de variables como la actividad económica y la tasa de desempleo.

En nuestro país, el mensaje es claro. El BCCR está más comprometido con la estabilidad económica y hará los ajustes que se requieran si el escenario pone en riesgo el nivel de inflación, aunque esto inclusive pueda perjudicar la gestión de la deuda por parte del Gobierno.

Es ahí donde entra en juego su credibilidad.

Manejo de confianza

El mercado mantendrá su confianza en el Central en tanto este actúe consistentemente con sus objetivos y no de forma condescendiente para que el Gobierno se financie favorablemente.

La teoría dicta que en un esquema flexible de inflación y de tipo de cambio, un banco central actúa de forma anticipada y ajusta la tasa de interés -a la baja o al alza- cuando espera presiones en los precios. Esto lo hace en vez de intervenir mediante la compra o venta de divisas para la estabilización cambiaria.

Esto tampoco significa que la intervención será nula, sino que se acudirá a esta medida únicamente cuando existan fluctuaciones abruptas o el tipo de cambio se desvíe de su tendencia.

'Si ya estoy en metas de...

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